La policía afgana buscaba este domingo a más de 30 personas de las 70 que fueron secuestradas el viernes en un pueblo de la provincia de Kandahar, en el sur del país, un acto del que responsabilizan a los talibanes.

Al menos 70 civiles fueron raptados en sus viviendas y siete fueron ejecutados, cuyos cuerpos encontraron sus vecinos el sábado por la mañana. De esos, 30 fueron liberados, según la policía de Kandahar, mientras que el resto seguiría en cautiverio.

«Hemos lanzado búsquedas para encontrar a los aldeanos, pero nuestros efectivos avanzan con mucha prudencia para evitar causar nuevas víctimas durante la operación», indicó a la AFP Zia Durrani, portavoz de la policía de Kandahar.

Todos los secuestrados eran civiles pastunes, la comunidad a la que generalmente pertenecen los talibanes, dividida, no obstante, en numerosas tribus, algunas de las cuales son aliadas del gobierno central de Kabul.

Un responsable de la comisión regional de Derechos Humanos,Fakhrudin Fayez, dijo a la AFP que, según lo que le habían dicho los habitantes del pueblo, el número de secuestrados podría ser superior a los 70 anunciados en un principio.

Los talibanes rechazaron las acusaciones este domingo y afirmaron en Twitter que habían «atacado puestos de control» de las fuerzas de seguridad y matado a un número no determinado de ALP, los agentes de la policía local, un cuerpo de seguridad establecido por Estados Unidos en las aldeas.

«Hemos interrogado a 17 personas que fueron liberadas», afirmó además el portavoz de los talibanes, Zabihulá Muyahid.

Según el jefe de la policía de Kandahar, el general Abdul Raziq, los rehenes fueron capturados en sus casas, en aldeas aledañas a la autovía que une Kandahar con Tarin Kot, capital de Uruzgán.

Se trata de una carretera temida por los conductores, al igual que la que conduce a la provincia de Helmand, debido a la presencia regular de insurgentes, que montan barreras y controlan la identidad de los pasajeros.

– Sospechas de colaboración –

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Se desconocen las razones del secuestro pero los responsables locales consideran que los raptores probablemente sospechaban que los secuestrados colaboraban con el gobierno.

Si los autores fueran los talibanes, sería la primera vez que este grupo va directamente a un pueblo para tomar a sus habitantes como rehenes.

Normalmente, interceptan vehículos en la carretera y comprueban silos pasajeros están relacionados con el gobierno o con las fuerzas de seguridad.

El último caso de este tipo se remonta al 12 de julio, cuando las autoridades afganas descubrieron el cuerpo acribillado a balazos de siete pasajeros de un autobús, secuestrados en el oeste durante un ataque atribuido a los talibanes.

Los civiles cada vez se están viendo más afectados por el conflicto, que se ha acentuado fuertemente desde que empezara la ofensiva de primavera de los talibanes contra el gobierno de Kabul, a finales de abril.

Este domingo, se registraron enfrentamientos en varias provincias del norte y del sur, incluida la de Helmand, donde 16 policías afganos fueron abatidos por error el viernes por la noche en un bombardeo estadounidense cuando acababan de expulsar a los talibanes de una localidad.

Los insurgentes se han apoderado también de varios distritos de Faryab, en el noroeste, a través de un «ataque coordinado» que obligó a retirarse a las fuerzas afganas, indicó a la AFP Abdul Karim Yurish, portavoz de la policía provincial.