El gabinete del mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, presentó este miércoles su renuncia protocolaria, con miras a que éste reestructure su equipo al iniciarse próximamente su último año de gobierno, informó el ahora ex secretario general de la presidencia Alfonso Prada.

«Como miembros de su equipo de gobierno, queremos dejar a su consideración, como un acto de lealtad y plena confianza, la renuncia a los cargos que hemos venido desempeñando por la designación que usted nos hizo», dijo Prada al leer en el canal oficial una declaración suscrita por todo el gabinete.

La decisión, anunciada tras un consejo de ministros encabezado por Santos en la presidencial Casa Nariño, se toma «entendiendo que en los próximos días inicia el último año de su gobierno y para que quede en libertad de estructurar el equipo que lo acompañe para el cierre del mismo», agregó.

Santos, de 65 años, concluirá su segundo mandato consecutivo a mediados de 2018.

La aprobación de la gestión de Santos cayó a 24%, dos puntos menos que la última medición en mayo, y un 74% la reprueba, según una encuesta divulgada a finales de junio y realizada días antes del desarme de la guerrilla FARC el 27 de ese mes, previsto en el acuerdo de paz.

«Me advirtieron que entrar a un proceso de paz iba a ser muy costoso políticamente y que la gente no iba a entender que, después de haber sido muy exitoso en la guerra, me sentara con los antiguos enemigos a pactar la paz», dijo recientemente Santos, quien fue ministro de Defensa en el gobierno de su antecesor Álvaro Uribe.

El mandatario, Nobel de la Paz en 2016 por su labor para pacificar un país con 53 años de conflicto armado, logró suscribir un histórico acuerdo de paz con las FARC en noviembre pasado, tras cuatro años de negociaciones en La Habana.

Hace tres semanas, las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) concluyeron el proceso de desarme de unos 7.000 combatientes y ahora avanzan en su reintegración a la vida civil y fundación como movimiento político.

El complejo conflicto interno implicó a una treintena de guerrillas, paramilitares de extrema derecha y fuerzas del orden, dejando al menos 260.000 muertos, más de 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.