Por Santiago Fraga

Tanto en Argentina como en Uruguay y gran parte de Sudamérica, el fútbol es el deporte que mueve multitudes y que más pasiones despierta dentro de la población. El amor por el equipo, por los colores, produce en muchos casos que “el hincha” sea capaz de hacer cualquier cosa en nombre de su club. Muchas veces esa pasión es llevada por el mal camino y hay que escribir sobre violencia, pero hay también casos ejemplares que involucran el fanatismo por la institución como una herramienta para el trabajo social.

Precisamente, ese es el caso con el que nos hemos encontrado en Peñarol. El club es uno de los históricos de la capital uruguaya, Montevideo, y uno de los más campeones a nivel nacional y continental. En esta ocasión la noticia va por fuera de lo futbolístico, pero mucho tiene que ver con los colores aurinegros.

En lo que aquí también se conoce como filiales, Peñarol tiene una serie de 40 peñas distribuídas en cada barrio a lo largo de la ciudad, y desde la propia institución se fomenta que cada una de ellas realice a lo largo del año trabajo solidario. Para ello, existe un sistema donde se elabora un “ránking anual de peñas”, donde las que tengan mayor actividad se ven beneficiadas con “premios” como por ejemplo salir a la cancha con el plantel principal.

Conclusión dialogó con Damián López, miembro de la Peña del Barrio Prado “Familia Aguirre”, que viene liderando el ranking desde hace tres años en base a sus ejemplares actitudes. La misma fue fundada en 2013, y está conformada por unos 50 socios entre adolescentes, mujeres y hombres.

De parte del club, según cuenta Damián, la exigencia es que tienen que cumplir con las cuatro jornadas al año que el club impone como fechas importantes para jornadas benéficas, que suelen ser el comienzo de clases en marzo -donde trabajan en recolectar útiles que se destinan a escuelas públicas-; la campaña del abrigo -donde lo recolectado es donado a personas en situación de calle o afectados por inundaciones-, el día del niño -donde recolectan juguetes para centros Caif, donde van niños con padres que no pueden pagar un jardín privado o trabajan a jornada completa y tienen donde dejar a sus hijos y comparten jornadas enteras-, y otras como el Día del Abuelo y el cumpleaños de Peñarol.

Solamente mi peña tiene, en estos cuatro años, unas 120 o 130 donaciones a escuelas públicas, jardines, merenderos o familias que hayan tenido algún problema, algún incendio, de todo tipo. Jornadas que te puedas imaginar, allí estamos para dar una mano”, sostuvo López, con un orgullo inmenso.

Las 40 peñas distribuidas por Montevideo representan un barrio o agrupación. Generalmente, a través de este mecanismo, por año logran superar entre las 300 y 400 donaciones en total. La Peña “Familia Aguirre” consiguió liderar el ranking y salir con el equipo los últimos tres años consecutivos.

“Hemos tenido el placer de hacerlo este año por tercera vez consecutiva, algo que para nosotros es la gloria, es el sueño de ser mascotita, de salir, estar con el plantel, y es algo que no se nos olvida jamás”, aseguró López, que agregó que de todas maneras “son premios más simbólicos, porque lo que uno le dedica durante todo el año es un sacrificio enorme”.

Cruzando barreras, logrando conmover

Las tareas que cada filial realiza para escalar en la tabla son diversas y se dan a lo largo del año. “En la actualidad estamos recolectando libros para armarle una biblioteca a una escuela pública en el barrio del Cerro, la escuela 95, que una escuela preciosa y notamos que no tenían una zona de lectura los niños”, contó Damián.

Además, al momento de la entrevista, el hincha carbonero contó que estaban trabajando en una jornada que prometía ser muy emotiva, ya que una compañera de trabajo ofreció a la tía para tejer gorros de lana para niños que luego serían donados a la fundación Pérez Scremini, para niños con cáncer.

El asunto, además, es que la señora en cuestión es hincha de Nacional, el clásico histórico de Peñarol. No obstante, tiempo más tarde se las rebuscaron para retribuirle el trabajo de 50 gorros que había hecho y tras investigar y descubrir que la señora amaba a Cristian ‘Cebolla’ Rodríguez (ex Independiente, actualmente en el aurinegro uruguayo) lograron conseguir el momento captado en el siguiente video.

Así también, hace un año aproximadamente, en un barrio cercano a la peña, en La Teja, se prendió fuego la casa de un señor que terminó perdiendo la mayoría de las cosas que tenía dentro. “Nosotros fuimos a ayudarlo a limpiar lo que era aquello, que era un desastre, y el tipo le comentaba a los vecinos orgulloso “Peñarol me vino a ayudar”. Esas cosas para nosotros son impagables. Uno que hace de todo por el club, esas cosas no tienen un valor, son divinas”, contó Damián, aún más orgulloso y emocionado.

Otro ejemplo es lo que sucedió con Bryan, un chico de 14 años con problemas motrices al que la peña le pudo conseguir una silla de ruedas para que pueda participar en la última maratón organizada por el club. También se dio el caso de un futbolista de las divisiones menores de la institución, al que le habían robado mochila con los botines de fútbol, los “championes” y sus cuadernos de estudio. La Peña del Prado le consiguió todo.

Actividades de todo tipo

“Son variadas. Cuando encontramos algún centro tratamos de apadrinarlo y tratar siempre de estar pendientes de lo que son las necesidades básicas para que los maestros puedan brindar la clase lo más normal posible. También trabajamos en jornadas didácticas en merenderos, compartiendo no sólo lo que es la donación en sí sino esas jornadas que son muy ricas para nosotros. Muchas veces nos vinimos muy agradecidos y contentos porque hay cosas que uno las ve de los niños o gente que de verdad estas necesitada y esas veces nosotros somos los que ganamos en esas oportunidades”, relató a Conclusión Damián López, integrante de la Peña del Prado.

“Acá hace cuatro años que trabajamos en esto, que lo hacemos de corazón, bancándolo con el bolsillo nuestro, y es un trabajo que lleva su tiempo y lo hacemos encantados porque lo hacemos ayudando al prójimo y también en nombre del club que queremos. Los medios acá nunca nos dieron la posibilidad de contarlo y estoy seguro que muchísima gente de acá no tiene ni idea de estas peñas”, continuó.

La importancia para ellos, también, es mostrar “lo que es el hincha de Peñarol” y lo que son “los valores que a uno le inculcaron de chico”. Tratar de llevar la bandera a donde más se pueda con este tipo de donaciones, y “lejos de la violencia que nos quieren hacer creer los medios de comunicación que es la que está vinculada al fútbol”.

En este sentido, desde el club son claros: si en la peña hay alguno de los miembros que esté vinculado a algún altercado, incidente, o si grafitea un muro, es expulsado de la agrupación o hasta es expulsado del padrón de socios. “Son medidas muy claras de lo que se pretende y de que ser hincha de Peñarol no tiene nada que ver con los violentos o con los delincuentes, es todo lo opuesto. A la prensa no le interesa vender esto”, expresó.

Todo el trabajo, al final, tiene su recompensa, y va mucho más allá de lo que el club les pueda ofrecer. La sensación de solidaridad, de ver la felicidad en el más necesitado, de compartir jornadas con los más chicos y los más grandes, de aportar un grano de arena para mejorar la realidad que los rodea sin esperar algo a cambio, es lo más valioso que pueden conseguir, y si a eso se le agrega el plus de hacerlo estando identificado con los colores que a uno le apasionan es impagable.

En Rosario, tanto Newell’s como Central suelen realizar jornadas solidarias en casos específicos (como inundaciones, etc.) o utilizando ciertos departamentos dentro de la institución. Pero viendo a más de 500 kilometros de distancia, el sistema de peñas solidarias demostró no sólo ser un éxito, sino algo imitable y distribuible a lo largo y ancho de la ciudad, de la Argentina, y por qué no del mundo.