El traspaso de la presidencia temporaria del Mercosur de manos del presidente Mauricio Macri a su par de Brasil, Michel Temer, puso hoy fin al mayor período de proyección internacional del bloque, según coincidieron la mayoría de los presentes en la Cumbre celebrada en la ciudad de Mendoza.

La Argentina había asumido ese papel en 14 de diciembre de 2016 y Brasil comandará al bloque subregional el segundo semestre del año.
A la hora del balance de esa presidencia, ni Argentina ni sus socios ahorraron elogios.

“Se redimensionó el Mercosur”, lo graficó el canciller argentino Jorge Faurie en la rueda de prensa final, donde también destacó como eje de la gestión argentina “la mayor vinculación con el mundo” del bloque regional.

Sin duda, esa fue la impronta que le dio nuestro país, en una etapa que, en rigor, coordinó la ex canciller Susana Malcorra y que hace algo más de un mes quedó en manos de Faurie en el marco del Consejo del Mercado Común, la máxima instancia política del bloque, integrado por los ministros de Exteriores y de Economía de los países miembros .

El bloque regional inició un proceso de convergencia con la Alianza del Pacífico, avanzó en el acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea, que se firmaría en diciembre, tuvo acercamientos con México y Canadá, abrió nuevos mercados asiáticos y profundizó otros, entre los principales avances.

“No exagero en afirmar que la presidencia que ahora concluye fue una de las más productivas de la historia reciente del Mercosur”, elogió Temer la gestión argentina al asumir su nuevo papel.

El mandatario brasileño repasó todos estos puntos y aseguró que seguirá por el mismo camino. “El Mercosur se mueve”, lo definió su canciller, Aloysio Nunes, que llamó a seguir en la línea de “usar la integración regional como plataforma de nuestra integración con el mundo”.

En su discurso final, Macri había sido enfático en este sentido.

«El Mercosur debe comprometerse a ser protagonista del futuro y ser un actor central a la hora de afrontar los desafíos internacionales», señaló ante sus pares.

Incluso habló desde una mirada regional de la cumbre del G20 que el año que viene se hará en la Argentina y adelantó que propondrá que el foco esté en el empleo.

«Buscaremos ser la expresión de una región, no solo de un país. Tendremos la oportunidad de poner en el centro del G20 las preocupaciones de América Latina y el Caribe», se comprometió.

«Pondremos el acento que nos preocupa a todos, el empleo», anticipó sobre las sesiones del G20 que tendrá por primera vez a la Argentina como país anfitrión.

Como conclusión de la cumbre y prueba de los temas variados que en los que se avanzaron, se difundieron ocho documentos en los que se expresa la vocación del bloque de acá en más.

En uno de ellos se insta a todos los países que firmaron el Acuerdo de París en 2015 a mantener una firme postura en defensa del medio ambiente y reducir las emisiones de gases contaminantes.

También hubo un acuerdo para negociar mejores condiciones para sus productos agrícolas (el fuerte de la región) y oponerse a la pesca ilegal.

Además se avanzó en planes de infraestructura y en especial un corredor bioceánico que cruce la región y sirva para trasladar mercaderías entre los países que integran el bloque y sirva para sacarlas hasta los océanos.

Y se avanzó en las áreas de desarrollo político y social, con planes regionales para la Pymes, planes de transparencia en la contratación pública, planes de desarrollo educativo y promoción social.

La cumbre fue también el escenario para que el mandatario argentino avanzara en diferentes acuerdos bilaterales.

Antes del plenario, Macri se reunió hoy con sus pares de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Paraguay, Horacio Cartés, y de Bolivia, Evo Morales, donde los mandatarios analizaron «temas del Mercosur y la lucha conjunta contra el narcotráfico», según se informó oficialmente.