A pesar de las objeciones de los pescadores locales, el agua contaminada con tritio almacenada en la central nuclear Fukushima Nº 1 será arrojada al mar, según ha indicado un alto funcionario de Tokyo Electric, la operadora de la central nuclear.

El tritio presenta típicamente poco riesgo para la salud humana, a menos que se ingiera en grandes cantidades, y las descargas oceánicas de volúmenes diluidos de agua contaminada con tritio son una parte rutinaria de las operaciones de las centrales nucleares.

Esto se debe a que es un subproducto de las operaciones nucleares, pero no puede ser filtrado fuera del agua.

Hasta el 6 de julio, alrededor de 777.000 toneladas fueron almacenadas en unos 580 tanques en la planta de Fukushima, que se está quedando rápidamente sin espacio.

La decisión de Tepco tiene a los pescadores locales muy preocupados, ante la posibilidad de que sus medios de subsistencia estén en peligro porque el material radiactivo afectará aún más la percepción del público sobre la seguridad de sus capturas.

La decisión final sobre el vertido del agua al océano, está a la espera del permiso de las autoridades gubernamentales japonesas.

El 11 de marzo de 2011, el tsunami inundó la planta de seis reactores, situada a 10 metros sobre el nivel del mar, e inundó la fuente de alimentación, causando un apagón de la estación. Los sistemas de enfriamiento de los reactores 1, 2 y 3 quedaron paralizados, dando lugar a fusiones nucleares que se convirtieron en el peor desastre nuclear del mundo desde Chernobyl en 1986.

Grandes cantidades de agua están siendo inyectadas constantemente en los reactores que gotean para mantener el combustible fundido fresco, creando toneladas de agua extremadamente tóxica continuamente.

Aunque se filtra a través de un complejo sistema de procesamiento, en su estadio final, extraer el tritio es virtualmente imposible.