Los chimpancés eligen cooperar hasta cinco veces más frente a la opción de competir para lograr una recompensa, según un nuevo estudio del Centro Nacional de Investigación de Primates de Yerkes, en Estados Unidos.

Hasta ahora se pensaba que la capacidad de cooperar era exclusiva de los humanos porque los demás son excesivamente competitivos y violentos. Los resultados del estudio contradicen este pensamiento y sugieren que los chimpancés también son cooperativos. Estos resultados, publicados en la revista PNAS, sugieren que los principios que rigen la cooperación humana son compartidos por otros primates.

Para llegar a esta conclusión los investigadores han llevado a cabo un experimento con 11 chimpancés en un entorno que simula las condiciones habituales de estos primates. En este espacio pusieron un aparato del que tenían que tirar entre dos o tres chimpancés de forma conjunta para obtener una recompensa cada uno.

El resto de los chimpancés estaban alrededor. En 94 sesiones de una hora al día podían intentar tirar del aparato tantas veces como quisieran. Los que tiraban del aparato se enfrentaron a varios problemas, como que los otros chimpancés los apartasen del aparato para ocupar su lugar o que algún compañero ocioso les robase la recompensa. Estos actos se entienden como competencia.

El resultado final fue que los chimpancés realizaron en total 3.565 actos de cooperación frente a 510 actos de competencia. Una vez superada la competencia inicial, prevaleció la cooperación.

Estos resultados permiten conocer cómo los chimpancés cooperan en su vida natural. “En la naturaleza la cooperación puede adoptar muchas formas, desde la caza cooperativa como la forma de actuar ante una pelea, o defender la frontera de su territorio”, explica Malini Suchak, autora principal del estudio y profesora de comportamiento animal, ecología y conservación en Canisius College, en Nueva York.

Las estrategias de cooperación que se observaron en el experimento fueron muy diversas. Las actuaciones más repetidas ante los que intentaban desplazar del aparato al que estaba trabajando fueron la represalia directa, mientras que en los robos de recompensas intervinieron otros primates más dominantes para defender al que estaba trabajando. Estas respuestas son muy similares a las halladas en experimentos con humanos.

También es cierto que cada chimpancé intentó robar la recompensa un mínimo de dos veces. En total, hubo 175 robos de los cuales, 91 tuvieron éxito. El 28% de los hurtos quedó sin respuesta. Los actos de competencia más numerosos fueron los desplazamientos, es decir, apartaron al chimpancé que estaba trabajando en el aparato 335 veces. Estos actos tuvieron una mayor tasa de éxito, el 87,2%.