Por Mario Luzuriaga

Miguel Repiso, más conocido como «Rep» entre los humoristas gráficos, fue uno de colegas más cercanos del Negro Fontanarrosa.

Desde que era joven conoció a Roberto, y entre trabajo y trabajo, coloreaba varias historietas de «Boogie, el aceitoso». El tiempo pasó y se hicieron amigos gracias a la profesión.

En el Galpón 13 se desarrolla la muestra «Fontanarrosa… el mayor de mi afectos», y en dicho lugar se encuentran dibujos y material referente al carrera del Negro, como así también asistieron sus amigos de la «Mesa de los Galanes», el periodista Reynaldo Sietecase y el el humorista Rep.

Conclusión habló con el humorista y contó sus experiencias con el Negro.

¿Cuál fue tu primer contacto con Roberto?

—Pienso que fue cuando tenía 15 años, estaba trabajando en la editorial «Record» como diagramador. Y un día le abrí la puerta al Negro Fontanarrosa y lo reconocí enseguida. Empezamos a hablar y como tenía una manera muy campechana para comunicarse, que me hizo olvidar las diferencias profesionales. Yo empecé a pintar sus historietas de «Boogie» e «Inodoro», para la editorial; pero nunca tuve un contacto laboral directo con él. Fue más una «changa» que hacía para la editorial, pero nos frecuentamos más cuando presentaba mis trabajos en «Humor» y eso fue lo que hizo encontrarnos y haciéndonos amigos.

¿Qué temas tocaban en esas charlas que tenían?

—Hablábamos de dibujantes, criticar a personajes del gremio y alguna que otra cosa de fútbol.

¿Qué fue lo que más te unió al Negro?

—Había una corriente de amistad que no tiene un andamiaje claro. No era el fútbol, ni la opinión que teníamos por las mujeres, ni la música. Una vez íbamos caminando y silbó una melodía que me gustaba, era una melodía muy escondida, porque era de pocos cultores. No era «Yesterday» o los «Bee Gees», era Bob Seger, un cantante preferido de ambos. Teníamos una sintonía, a pesar de que nos llevamos muchísimos años. La cosa se fue emparejando cuando publiqué en «Humor» y nos reíamos de cualquier cosa. La mayoría de mis colegas mayores me llaman «Rep», pero el siempre me llamó Miguel, siempre que iba a Rosario me llamaba y me invitaba a su casa. A pesar de ser autores distintos, teníamos una concepción similar del humor.

¿Quién fue Roberto Fontanarrosa para Rep?

—Fue un amigo y el gran cuentista que tuvo la Argentina. Hay que mantener encendida la llamita, hasta saber que es un clásico. Hay que seguir manteniéndolo vivo.