Los gremios mayoritarios de la CGT resolvieron ayer que no irán a la marcha convocada para el martes que viene por la propia central, tras haber analizado el resultado electoral y entender que en buena medida favoreció al Gobierno. Adoptaron esa postura los referentes de Sanidad, Comercio y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), entre otros, que ayer mismo a la tarde hicieron su propia evaluación de las Primarias, y que se prevé chocarán con los intentos por sostener la protesta de los gremios alineados con Hugo Moyano, en minoría, en una cumbre pautada para mañana.

La primera cumbre sindical poselecciones se concretó ayer por la tarde en la sede del gremio de Sanidad, en el barrio de San Cristóbal. Estuvieron los anfitriones Héctor Daer (triunviro de la CGT) y Carlos West Ocampo; Armando Cavalieri (Comercio), Francisco Gutiérrez (UOM), Sergio Romero (docentes de UDA), Víctor Santa María (encargados de edificios), Carlos Sueyro (aduanas), Héctor Laplace (mineros), Noé Ruiz (modelos) y el canillita Omar Plaíni. También participaron Andrés Rodríguez (estatales, UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) por el sector de buen diálogo de los «independientes», del que sólo se ausentó Gerardo Martínez.

La primera conclusión fue que el resultado electoral dejó mejor parado al Gobierno de lo que se preveía en las encuestas. Y que avanzar con la marcha de protesta del 22 sería ir a contramano del pronunciamiento de las urnas, con el agravante de que la CGT atravesó al menos dos episodios de reprobación en actos. Si bien el diagnóstico fue generalizado los «independientes» no fueron concluyentes respecto de la movilización y prometieron dialogar con el sector de Moyano para intentar una postura unificada para la reunión del Consejo Directivo de mañana.

En cualquier caso, una protesta en la Plaza de Mayo sin el volumen de manifestantes que pueden aportar los gremios mayoritarios corre el riesgo de mostrar una CGT débil y empeorar así la posición de fortaleza que debería exhibir el sindicalismo tradicional ante la administración de Mauricio Macri. Con esas deserciones se hacía casi obvio que tampoco participarían los gremios del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) que coordinan el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, y que desde hace semanas se encuentra en proceso de retornar a la estructura de la CGT.

Hasta ayer, sin embargo, cerca de Moyano sostenían su decisión de marchar a la Plaza de Mayo. Aunque admitían que el escenario había cambiado con el resultado electoral decían en el entorno del camionero que una protesta serviría para reposicionar a la CGT respecto del Gobierno y desde esa base constituir una nueva mesa de diálogo. La sospecha de «gordos» e «independientes», sin embargo, es que Moyano espera agudizar la conflictividad con el único objetivo de erigirse de forma personal una vez más en principal interlocutor.

Las discusiones continuarán hoy entre sectores y mañana se volcarán desde las 14 en el Consejo Directivo, que promete ser agitado. Allí también se definirá la posición de los estratégicos sindicatos del transporte nucleados en la CATT, que hasta antes de las PASO se inclinaban a favor de una movilización contra el Gobierno pero sin avanzar hacia una huelga general.