Por Andrea San Esteban

Casi la mitad de los hogares en Argentina integrado por adultos con hijos están en situación de pobreza. Esto significa no poder acceder a la canasta básica total.

Según el informe de Unicef Argentina de julio de 2017, el 29,7% de las personas adultas está en situación de pobreza. Y si se centra en hogares donde residen niños y adolescentes este porcentaje trepa a 47,7% (18 puntos porcentuales más que la pobreza en general).

“Estos porcentajes significan millones de personas. En términos absolutos hay en Argentina alrededor de 5,6 millones de niñas y niños pobres, de los que 1,3 millón están en situación de extrema pobreza, es decir que residen en hogares cuyos ingresos son insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos”, destaca el informe del “Instituto de Estudios Laborales y del desarrollo Económico” para Unicef.

Esta canasta básica se diferencia de la denominada “canasta básica total”, que incluye bienes no alimentarios, igualmente esenciales y básicos para la reproducción social.

Niños pobres

La diferencia de pobreza en hogares integrados por adultos o adultos con niños “muestra la mayor incidencia de la pobreza en la niñez y adolescencia debido al mayor tamaño relativo de los hogares de bajos ingresos y a la elevada cantidad de niñas y niños que residen en ellos. La pobreza extrema, por su parte, afecta al 10,8% de los niños y adolescentes del país, frente al 5,6% de la población general”.

El informe “La pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia” es un documento que da cuenta que “si se segmenta la población de niños en tres grandes grupos de edad se observa que la incidencia mayor de la pobreza se verifica para el grupo de 13 a 17 años (51%), seguido por el grupo de 5-12 años (48%) y 0 a 4 años (45%)”.

Los varones adolescentes, los más expuestos

Las disparidades entre sexos son menores si se observa la pobreza general, pero si el acento se pone “sobre la pobreza extrema, son los varones los que tienen tasas de pobreza más elevadas, excepto en el grupo de 0 a 4 años de edad, donde hay una clara desventaja por parte de las niñas”.

Cuando el jefe o jefa de familia está desocupado

“Si bien la pobreza afecta al 47,7% de los niños, niñas y adolescentes, la tasa aumenta al 85% cuando el niño reside en un hogar cuyo jefe o jefa está desocupado, al 64% cuando es inactivo y al 65% cuando es un asalariado informal. La pobreza infantil también es mayor en hogares donde la jefa es mujer (55,3%), el jefe o jefa tiene un bajo nivel educativo (72,5%) o es menor de 25 años”.

Asignación Universal por Hijo

Unicef da cuenta que la transferencia monetaria del Estado, como la Asignación Universal por hijo, disminuye la pobreza.

“Las transferencias monetarias a los hogares reducen en un 30,8% la pobreza extrema y también la pobreza general, aunque en menor medida, un 5,6%. Esto es muy positivo, pero el análisis muestra que dentro de estos promedios hay situaciones disímiles, según las características del jefe o jefa de hogar. La pobreza de los niños en hogares con jefes en situación de mayor vulnerabilidad relativa es la más sensible”, concluye el documento del «Instituto de Estudios Laborales y del desarrollo Económico” para Unicef.