La baja en las ventas de libros ronda el 25% por una gran caída del consumo a lo que se suma el aumento de las importaciones y el los altos costos de producción del país en comparación con el resto de los países de Latino América.

El contexto es similar al de diciembre del 2016 y el panorama muestra «una balanza comercial deficitaria» ya que la caída en la producción durante el primer semestre de este año, es del 23%. Los datos surgen del informe que realiza la Cámara Argentina del Libro (CAL) a mitad y a fin de año para medir y analizar las variables del sector.

El aumento en las importaciones, que según informaron desde la CAL, podría alcanzar cifras récord, encendió la preocupación entre editores, libreros y distribuidores y es que a ello hay ue sumarle los altos costos que tiene la producción local  y por ende, la baja competitividad en el mercado internacional.

El informe de la CAL  que surge de una encuesta entre socios y de una gran parte de los datos provenientes de la Agencia Argentina de Registros ISBN evidencia que desde enero a junio de 2017 el déficit registra un saldo comercial negativo de 37 millones de dólares (el anual, en 2016, había sido de 50 millones).

Si bien la importación de libro acerca a los lectores a una diversidad de títulos, desde la industria editorial piden que «sea selectiva». Con respecto a ellos, el investigador del Instituto de Desarrollo Económico y Social, Alejandro Dujovne indicó que «al ingreso de títulos extranjeros, se suma la importación de volúmenes producidos en Argentina, pero impresos en el exterior -en especial en China- y con saldos a muy bajo precio».

Por otro lado, desde la cámara afirmaron que para los mercados de América latina, el libro argentino se volvió caro. «Los costos de producción son altos y competimos con países como España, México y Colombia, en los que el papel está exento de IVA», agregó Luis Quevedo, vicepresidente 2° y director de Eudeba.

De esa manera, sin ese impuesto, el precio de venta al público de un libro podría disminuir entre un 5 y un 10%.

Otro motivo de preocupación es la baja en las ventas, que ronda el 25% y lo relacionan con la caída del consumo a nivel general y la situación actual del país.

Finalmente, los representantes de la CAL advirtieron que es muy difícil para los editores argentinos acceder a créditos blandos e indicaron que «las gestiones estatales no trabajan en sintonía con las cámaras».