El Sanatorio Gomara, ubicado en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez y que desde fines de 2013 está en manos de Medicina Ambulatoria SA, atraviesa un presente problemático, que tiene en vilo a los 66 trabajadores que forman parte del efector de salud, pues temen por quedarse en la calle.

Desde el sanatorio acusan que la medida se debe a una crisis económica, acrecentada desde la pérdida de cápita de Pami; pero los empleados aseguran que «es mentira» y que se debe a «una mala gestión».

En diálogo con Conclusión, Ricardo Nery Dosko, delegado del Sindicato de la Sanidad, dijo que «la situación está muy complicada, no sólo por los trabajadores que tememos perder nuestra fuente de trabajo sino por los pacientes que necesitan atención y no podemos dársela, poniendo en riesgo su salud».

En ese marco, los 66 empleados -enfermeros, camilleros, personal administrativo- conformaron un comité de lucha a los fines de «obtener una respuesta de las autoridades, sea a nivel municipal o provincial» y resolver el conflicto que «afecta a toda la comunidad del sur de Santa Fe».

«Es vergonzoso que todavía no hayamos tenido ningún tipo de contacto formal con las autoridades y no tengamos idea de cuáles son las intenciones», dijo indignado Dosko y agregó: «Se trata de un problema sociopolítico que trasciende las paredes de la clínica».

Los trabajadores desde febrero no reciben los aportes de la obra social y los aportes jubilatorios. Además de que nueve compañeros trabajan en «negro», por quienes piden el pase a planta permanente.

Asimismo, denuncian haber recibido varias amenazas por parte de la empresa y temen por su futuro laboral.

Hoy los trabajadores asisten a una reunión en el Ministerio de Trabajo de Rosario donde esperan encontrar soluciones.