Por Esteban Guida*

Según los registros del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el dólar mayorista sufrió un acelerado proceso de crecimiento desde mediados de mayo de 2017. En mayo el crecimiento fue del 5,3%, en junio del 3,4% y en julio cerca del 6%; la primera semana de agosto, el dólar mayorista alcanzó picos de $17,80, y el dólar minorista superó los 18 pesos para la venta en los bancos comerciales.

Esto quiere decir que desde principios de mayo hasta la primera semana de agosto, etapa previa a las elecciones primarias del 13 de agosto, se acumuló una devaluación del 15,6% aproximadamente en tan solo 3 meses.

Desde la llegada de las nuevas autoridades del BCRA, con la asunción del gobierno de Cambiemos, se siguió un esquema de libre flotación, en el que la oferta y la demanda de divisas definía la cotización (tipo de cambio nominal). Este esquema sólo se vio exceptuado en junio de 2016 cuando el BCRA debió vender 532 millones de dólares del stock de reservas internacionales para contener la presión del tipo de cambio (record de compras/principales bancos compradores ICBC y BBVA Francés).

Sin embargo, a finales de julio, cuando el dólar mayorista cosechaba picos de 17,80 pesos y el minorista superaba los 18 pesos, la autoridad monetaria tuvo que abandonar su idea de un dólar independiente e intervenir para frenar la suba, impulsada por una cuasi corrida contra el Peso. En no más de 10 días, el BCRA destinó alrededor de 1.800 millones de dólares de las reservas para frenar la crecida cambiaria, las que, vale recordar, han aumentado por un mayor endeudamiento y no por una balanza comercial superavitaria (el acumulado de la primera mitad del año registró un rojo comercial de 2.617 millones de dólares).

El globo especulativo se pinchó abruptamente el lunes posterior a las PASO de una manera que llama poderosamente la atención. Aunque con resultados muy inciertos (por la manipulación de la información de los escrutinios provisorios) los operadores que tienen suficiente poder para influir en el Mercado Único de Cambios, vendieron lo suficiente para provocar en pocas horas un descenso de más de 50 centavos en la cotización del dólar.

Según reflejan los datos históricos del Banco Central, se trata de un efecto muy singular y poco observado en la evolución del Tipo de Cambio desde enero 2003, ya que hasta la actualidad, nunca se observó una caída tan abrupta del dólar. La excepción se registra en los días posteriores inmediatos a la devaluación del 17 de diciembre de 2015 (el 18/12 cayó 34 centavos y el 21/12 60 centavos) movimientos propios del drástico cambio en la política cambiaria implementado por las nuevas autoridades).

Aunque las elecciones primarias no define totalmente las cosas, distintos analistas aseguran que este fenómeno significa un claro gesto de apoyo a un gobierno que les está otorgando suculentas ganancias a un sector que tiene poder suficiente como para aportar gestos de esta magnitud.

Las sospechas también están vinculadas a que el inicio de la crecida del dólar fue en oportunidad del lanzamiento de la candidatura de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a mediados de junio de este año. ¿Es posible que una candidatura a senador nacional genere tanta incertidumbre, en el marco de un país en el que el Congreso de la Nación poca influencia tiene en los lineamientos de la política económica?

Otra hipótesis podría sumarse a estos interrogantes: Llevar el dólar a 18 pesos con un argumento político, para vender posiciones en moneda extranjera a dos días de una nueva licitación de LEBACS al 26,5%, ayuda a que los gestos políticos tengan como recompensa un extraordinario negocio.

Por último, hoy, como ayer, las pompas y felicitaciones provenientes  del mundo de las finanzas y de los intereses foráneos, vertidas a las políticas económicas neoliberales implementadas por el gobierno, suelen no coincidir con el interés nacional y el bienestar general de las grandes mayorías populares en nuestro país.

 

* Economista / [email protected]