Jorge Sampaoli empezó a mostrar lo que quiere para la Selección, aunque no como lo pensó. En el debut absoluto del casildense como entrenador del combinado nacional, Argentina igualó sin goles con Uruguay y el DT probó un esquema 3-4-2-1 que dejó más dudas que certezas de cara a lo que viene.

El flamante técnico dispuso de varios cambios sustanciales respecto a los ciclos anteriores. Argentina salió con línea de 3 en el fondo (Mercado, Fazio y Otamendi), y con Acuña y Di María como laterales – volantes. El doble cinco estuvo conformado por Pizarro y Biglia. Y arriba, decidió poner en cancha tres jugadores que en la previa ilusionaban: Lionel Messi, Paulo Dybala y Mauro Icardi, a quien le llegó la tan postergada oportunidad.

Cada uno de ellos, venían de cumplir grandes actuaciones en sus equipos y se esperaba que pudieran trasladar eso con la celeste y blanca. Sin embargo, nunca pudieron conectarse.

Argentina tuvo la pelota gran parte del partido pero no lastimó. Dudas en de los volantes, y delanteros aislados hicieron que el balance no sea positivo en el primer partido de la era Sampaoli.

Cambios metodológicos

Sin tiempo para trabajar en el campo, Sampaoli decidió ir a buscar uno por uno a los jugadores que le interesaban y a caballo de la tecnología les hizo saber lo que pretendía de todos ellos. De esta manera, el ex técnico del Sevilla español logró que al llegar los futbolistas al predio de Ezeiza ya sabían lo que tenían que hacer y él no perdía tiempo en explicárselos.

El futuro de la Selección parece estar vinculado a lo que puedan producir sus delanteros. Y a pesar del funcionamiento colectivo de este jueves, buenos augurios sobran.

Un nuevo sistema de comunicación de sus actos, siempre apoyado en lo tecnológico, abrió también al conocimiento general que sus convicciones futbolísticas son innegociables y como bien lo ratifica cada vez que puede, no piensa en el «retroceso, porque eso significaría que al equipo lo están atacando, y el que debe hacer eso es Argentina».

El primer partido culminó, y el martes toca Venezuela en el Monumental. Sin dudas, empieza el tiempo del análisis profundo del cuerpo técnico. Hubo cambios notorios respecto del pasado inmediato, una invocación al juego de ataque y entrenamientos alrededor de esa idea. Ahora, toca trasladar ese concepto a la cancha, para comenzar a obtener los resultados que acerquen a Argentina al Mundial de Rusia.