Por Andrea San Esteban (desde Resistencia, Chaco)

En Argentina habitan 6 millones de personas con más de 60 años y si bien cada región y cada nucleo familiar tiene características diferentes, por razones culturales, étnicas, capacidades diferentes, estudios y trayectoria de vida, hay problemáticas comunes que son las que constituyen una identidad. Un ejemplo es la imposibilidad de acceder a valores nutricionales completos.

Conclusión dialogó con Luisa Ojeda, que es presidenta del Centro de Jubilados San Jorge de Barranqueras, Chaco, en relación a las condiciones de vida de los adultos mayores en su zona.

“La vida es difícil cuando no estás representado a nivel nacional, porque el trabajador que entró en los 40 años y no tuvo un trabajo fijo, no puede reinsertarse y después la jubilación no existe. En el Chaco es muy difícil conseguir trabajo una vez que llegaste a esa edad, pero no es solo acá, es en todo el país, inclusive aquel que hace ladrillos, que es una actividad muy necesaria para construir, no tiene la posibilidad de jubilarse a los 60 años”, repasa Ojeda.

Luisa continúa analizando y describiendo la postal que ve diariamente en su zona respecto de los adultos mayores y agrega: «Ahora va a ser peor, van a tener que esperar a tener esta pensión que se propone y algunos están muy atacados, muy enfermos, porque trabajaron rústicamente y es casi imposible seguir vivo o llegar a los 70 años”.

El informe del Barómetro de Deuda Social con las Personas Mayores de UCA (Universidad Católica Argentina) refuerza las palabras de Luisa cuando informa: “En la actualidad, las personas mayores atraviesan un proceso de doble debilitamiento; en primer lugar, por el contexto de individualización y disolución de los lazos sociales que afecta el sentido de pertenencia a diversas instituciones sociales; en segundo lugar, considerando la situación específica de pérdida de los familiares y amigos congéneres. En este marco, si bien la familia ha cambiado, no ha desaparecido como organización social; al contrario, se ha fortalecido su papel como red social de apoyo en el envejecimiento, etapa vital en la que tienden a retraerse otras relaciones sociales, pero no es suficiente”.

La vejez aparece como un problema cuando las condiciones de vida no son óptimas, no sólo porque los vínculos sociales se debilitan, sino porque los sistemas sanitarios son muy frágiles, la alimentación es mala o sencillamente no llegan a jubilarse por falta de aportes previsionales.

“Las carencias económicas no son exclusivas de este grupo poblacional: se expresan en personas de todas las edades que atraviesan situaciones de necesidad; sin embargo, aun cuando niños y adultos jóvenes las sufran, en las personas mayores adquieren un nivel de criticidad que las convierte en deuda social para con dicha población. Es de este modo como la inseguridad alimentaria, la desprotección social y la insuficiencia de ingresos se constituyen en situaciones que requieren especial atención en el caso de personas de 60 años y más”, sostienen en el barómetro de la UCA

Vivir con una bolsita alimentaria

La presidenta del centro de jubilados continúa relatando que «en el Centro de Jubilados, la gente espera que llegue el camión de la mercadería para que le entregue un bolsito y no a todos les corresponde, porque no tienen los papeles de jubilados. Entonces no sabés qué hacer con esa gente, porque no los podés dejar sin comer”.

Subsidios para los ancianos

“Acá te dan un subsidio, y nosotros salimos a buscar precio para hacerles una bolsa con mercadería. Hace 3 años que no se incrementa un valor más importante al bolsón, hace 3 años nos dan $163 pesos por persona para un mes”, dice Luisa con angustia alojada en la garganta.

Según la Consultora El Norte Grande la canasta básica alimentaria para una sola persona adulta se valúa en la suma de $3.420,48.

Malabares con $163

“Si bien el importe es igual a hace 3 años –dice Ojeda–, cada vez podemos comprar menos, alcanza para menos, por la inflación. El problema es la gente que ni quiera tiene eso. No tiene pensión, no tiene jubilación y no tiene edad para llegar a eso, porque ahora se alarga la edad. Van a dar pensión por vejez”.

Componentes de la bolsa alimentaria

“En el bolsón ponemos 8 productos que son leche, yerba, aceite, azúcar, arroz, fideos y una caballa. Con $163 pesos o $5,43 por día tenes que amañarte, ni carne, ni verdura, ni leche se puede comprar. Alcanza para lo mínimo y depende el mayorista”, asevera Luisa.

“En mi centro de jubilados la gente está muy necesitada, ni pensar en los medicamentos, porque el presidente sacó muchos”. En el centro que Luisa Ojeda preside van 200 personas, es el centro más chico de Barranqueras, pero hay más numerosos.

Abuelos desnutridos

“Acá hay centros de 800 personas en la misma situación, donde sólo les podés comprar hasta 8 productos, porque hay que darles leche y la leche sola cuesta casi $50. El aceite, medio kilo de yerba, un kilo de azúcar, fideos, arroz y polenta, la desnutrición también es de los mayores”.