Esta mañana la Comisión de Ecología del Concejo Municipal de Rosario recibió a voluntarios y adoptantes de animales del Imusa para realizar aportes a dos proyectos de ordenanza de autoría del concejal Eduardo Toniolli que se encuentran en debate en el cuerpo legislativo local: el “Protocolo de Ingreso y Permanencia de animales en Imusa” y el «Protocolo de adopción responsable de animales».
El primero propone controles médicos obligatorios al momento del ingreso de perros y gatos a la institución, el alojamiento en caniles proporcionales al tamaño de los animales para garantizar su movilidad mínima necesaria, estándares mínimos en el suministro de agua, alimentos y paseos, y la evaluación a cargo de profesionales en conducta animal para habilitar la reinserción de animales internados por agresiones.
El segundo establece reglas y procedimientos para las adopciones de animales, a fin de evitar procesos traumáticos que culminen en abandonos o devoluciones de los mismos a la institución. Propone instancias de preselección de adoptantes, entrevistas, análisis ambientales del hogar de recepción, contratos de adopción, castración obligatoria previa al egreso o a posteriori si se tratara de cachorros, seguimiento y posibilidades de revisión de la medida si estuviera en riesgo la salud del animal.
En caso de aprobarse, se crearía asimismo un registro público de adoptantes en el ámbito del Imusa, para registrar antecedentes en la materia, incluyendo eventuales incumplimientos de las responsabilidades establecidas en el citado protocolo.
Conclusión se hizo presente en el lugar y habló con Alejandra Díaz, una de las adoptantes quien manifestó indignada: «El Instituto de Salud Animal municipal –Imusa– en las condiciones que se encuentra se parece más a una eutanasia promocionada con plata de los rosarinos que a la promoción y garantía de la salud animal de los animales que ahí viven esperando una familia que los ame y los cuide para toda la vida».
«Mi perro estuvo encerrado 4 años en un canil del Imusa que no tiene posibilidad de giro, salió en estado de desnutrición, con diarrea constante, por lo que claramente faltan controles médicos obligatorios, comida y paseos», contó otra de las adoptantes al tiempo que una de las voluntarias destacó: «El Estado está ausente en los estándares mínimos de supervivencia de los animales».
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