Por Andrea San Esteban – Desde Chaco

La feria de la semilla fue organizada por el gobierno del Chaco junto al municipio de Resistencia, Inta, Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación (SAF) y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación/Prohuerta, y allí Conclusión dialogó con Jorge Luis Migueles, asesor de Planificación del Instituto de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar del Chaco, que sostuvo que “la feria se retomó para conservar y recuperar semillas criollas y nativas, ante la progresiva concentración de un tema critico como es la semilla, que hoy está en manos de seis multinacionales”.

Migueles hizo referencia a Monsanto, Syngenta, Dupont, Dow, Basf y Bayer, que, al querer limitar la variedad de cultivos a través de los transgénicos, dificulta el desarrollo de la soberanía alimentaria y por tanto el uso propio de la semilla, ya que estas empresas pretenden que toda la variedad que se cultive sea de su propiedad intelectual.

Uso propio de la semilla

“En Colombia –continúa Migueles–, por escrito en el convenio bilateral sostienen que solo pueden usar semillas criollas y nativas hasta 5 hectáreas. A partir de esa cantidad de hectáreas, están obligados a ir al mercado de híbridos y transgénicos. Ese es un escenario que nos puede pasar a nosotros, así como van las cosas y con el enfoque que tiene el actual gobierno nacional, parece ser el rumbo. Hay una zona de disputa enorme, en un tema tan crítico como es el alimento”.

Pequeños y medianos agricultores

En la actualidad existen 20 mil productores los cuales el 70 por ciento son pequeños agricultores y ganaderos que están siendo coordinados por el Instituto de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (Idraf), organismo referente encargado de instrumentar políticas públicas para los pequeños productores. Los emprendedores rurales se encuentran representados en 94 consorcios rurales que tienen una asistencia periódica del gobierno local y provincial de Chaco.

Soberanía alimentaria

“Cada vez cuesta más la comprensión sobre la importancia de la soberanía alimentaria, pero se avanza, aunque no se traduce en organización, eso está pendiente, como tampoco han logrado poder político los productores para que tengan algún margen de triunfo. Creo –dice el funcionario–, que a nivel de conciencia se creció mucho, pero no en organización, ese es el punto de debilidad y la paradoja que tenemos”.

Nivel de conciencia

La relación entre soberanía alimentaria y propiedad de la semilla tiene un relativo correlato en la comprensión de la gente.

“Hay más conciencia a nivel rural que urbano. A nivel urbano la gente va más rápido a la góndola, la mayoría de la gente no tiene una idea de que pasa detrás de las góndolas, quién trae las zanahorias, quién trae la lechuga, ni quién maneja la semilla”, según Migueles.

Diferencias entre el precio del productor y el supermercado

“Lo que cobra un productor no es un tema que se sepa. El tema de la concentración en la comercialización, de tal manera que los dos puntos de la cadena pierden, el productor y el consumidor. El sujeto comercializador, se queda con la mayor parte de la torta”.

Economías regionales

“El concepto de economías regionales me parece de uso de periodismo porteño, da la sensación que hubiera una economía central y otras periféricas», relató Jorge Migueles. Y agrega: «Las llamadas economías regionales son de las que vive nuestra gente, es nuestra economía, si se mueve la aguja en Capital Federal a nosotros no nos comprende, pero si se consume mejor en Corrientes, Resistencia incluso en Asunción, que lo tenemos cerca notamos la diferencia”.

Chaco tenía la producción del 75 por ciento de algodón

“Nuestra provincia tenía la característica del algodón, y ahora es diferente, ese es el desafío. Aquí hay un doble problema, desde hace mucho tiempo la economía dejo de ser el algodón, ahora llegamos a 130 mil hectáreas y de soja 720 mil hectáreas, y la soja de regional no tiene nada. Entonces el pequeño productor de algodón está en una zona crítica. Quiere hacer agroalimentos y no tiene la logística, esa es la transición dramática que tenemos”.

Chacra mixta, sin logística

“Ahora los productores –relata Migueles– se volcaron a chacra mixta, pero no diversificada todavía, sin logística en la comercialización, la aduanera eran 3 pasos nada más, cosecho, tomo acopiadora, pago y me voy. Este es un proceso distinto de variedad, empaquetamiento, transporte, selección. Es un poco más complejo, pero los productores que están en esa tarea, la está llevando bien”.

Necesidades regionales

“Aquí estamos tratando de cambiar en relación a nuestras necesidades, antes era en función del mercado grande de Buenos Aires, y resulta que nuestro mercado sigue trayendo de otras provincias, el 82 por ciento de las producciones. El verdadero desafío es el abastecimiento local, solo reemplazando el 20 por ciento de lo que viene de otra provincia, cambia nuestro campo”.