Por Santiago Fraga

El historiador y docente Felipe Pigna presentó este martes en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario su nuevo libro “La vida por la patria”, que concluye la serie de biografías que comenzó con José de San Martín y Manuel Belgrano y, en este caso, relata en detalle la vida de Mariano Moreno, uno de los “padres fundadores” de Argentina.

Desentrañando mitos y debates en torno a la figura de Moreno, Pigna se mete de lleno con una minuciosa investigación en donde rastrea su formación familiar, las lecturas que influyeron sobre su pensamiento, la trayectoria profesional y política, las ideas que efectivamente sostuvo en sus escritos y la acción que llevó adelante en el contexto de una época agitada y de profundos cambios.

Felipe Pigna dialogó en exclusiva con Conclusión previo a la clase, donde adelantó varios temas que se profundizan en la obra y sostuvo que “200 años después sus ideas tienen una vigencia increíble”.

– ¿Cuál fue el puntapié que te llevó a escribir este libro sobre Moreno?

– Había un plan de trabajo que arrancaba con José de San Martín, continuaba Manuel Belgrano y terminaba con Mariano Moreno, que son tres biografías que me parecen centrales para entender nuestra historia de lo que yo llamo los ‘padres fundadores’, como dicen los norteamericanos, que me parece más lindo y más claro que prócer, que es una palabra fría. ‘Padre fundador’ dice mucho de alguien que pensó primigeniamente la patria.

– ¿Por qué pensás que hubo tanto interés de la historia en denostar estas figuras? ¿Cómo trata la historia oficial a los padres fundadores?

– Creo que es porque son personas que siguen incomodando. Por supuesto que no son responsables de incomodar a nadie, pero así lo ven algunos desde el presente y por lo tanto prefieren dejarlos en algunos de sus roles. San Martín quedará como el que cruzó Los Andes y nada más, Belgrano como el que creó la bandera y nada más y Moreno como un periodista, un abogado y punto, sin ahondar en su amplísimo pensamiento, su historia y lo que hace imprescindible a estos personajes.

– Llevándolo al ámbito educativo, termina siendo esa versión de la historia la que se enseña en las escuelas

– La historia de los especialistas le digo yo, donde Sarmiento sólo escribió el Facundo o sólo fundó escuelas. Una historia muy pobre que se entiende como destinada a niños y adolescentes. Como que la historia únicamente es una historia escolar, que sólo se ve en las escuelas y además subestimando mucho a nuestros niños y adolescentes que son muy inteligentes, muy astutos hoy en día, están muy digitalizados, tienen concepto de conflicto, entienden los vínculos de otra manera a lo que podría entenderlos un chico de los años 50′, donde se escribían los libros de Piaget, pero la verdad que hoy andar disimulando y escondiendo el conflicto es una ridiculez. Y además esto de pensar la historia como únicamente limitada a la escolarización es una limitación muy importante. La historia constituye y debería constituir la identidad de un ciudadano.

«Pensar la historia como únicamente limitada a la escolarización es una limitación muy importante. La historia constituye y debería constituir la identidad de un ciudadano»

– Uno de los temas centrales alrededor de Moreno es justamente su muerte: ¿Quién está detrás de ella? ¿Fue un accidente o un homicidio planeado?

– Seguramente fue un homicidio planeado. No podemos acusar a nadie de la autoría intelectual pero sí al autor material, que es el capitán del barco, George Stephensson, que le suministra un remedio en una dosis altísima, un emético, que es un antivomitivo que se daba mucho en los barcos, en una dosis que lo convierte en un veneno mucho más poderoso que el arsénico. Esto lo denuncian con mucha claridad su hermano Manuel y Tomás Guido, que será el futuro mejor amigo de San Martín, acompañantes de Moreno en esa travesía, donde hablan de la perversidad del capitán y como se niega a llevarlo a un médico estando cerca de Río de Janeiro y una vez muerto se niega a llevarlo para hacer la autopsia.

– ¿Y qué intereses había sobre su figura como para querer darle fin?

– Correrlo de la política porteña, como fue corrido. Si no sabemos quién fue el autor intelectual sí sabemos quién se puso muy contento, como Saavedra que decía “hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego” y “ya desapareció de entre nosotros este demonio del infierno”. El saavedrismo es el antecedente clarísimo del unitarismo rivadaviano. Todos los personajes que están con Saavedra van a estar después con Rivadavia.

«Pasaron 200 años y (sus ideas) tienen una vigencia increíble»

– Uno de los aspectos sobre Moreno que desmentís es la visión de que él era unitario y liberal. ¿Qué pensas de este último aspecto?

– Es una muy mala lectura. Hay lecturas muy parciales de la historia argentina y de documentos centrales como “La representación de los hacendados” que algo debería decir su título. Los hacendados eran los exportadores ganaderos, que era la única industria que tenía la zona de Buenos Aires, del Río de La Plata. Por lo tanto la preocupación de Moreno no es la libre introducción de productos o el libre cambio, sino la libre exportación. Favorecerla. E incluso en ese documento, que algunos miopes dicen ‘la biblia del libre cambio’, él propone fuertes impuestos para la introducción de productos que se fabricaban en el país, así que está muy mal leído y con mucha mala intención seguramente.

– ¿Crees que el pensamiento de Moreno encajaría en el contexto político y social actual? ¿Serían compatibles esas ideas?

– Yo creo que dramáticamente sí. Y digo dramáticamente porque pasaron 200 años y tiene una vigencia increíble, lo cual habla, por un lado, de su mente preclara, pero también de la tristeza que a 200 años no se han cumplido sus ideas todavía, no se han podido concretar.

– ¿Qué sensaciones tuviste cuando escribiste sobre las cartas de Guadalupe a Moreno?

– Mucha emoción. Pensar que era una chica que ahí tendría 19 años y está escribiéndole a su amor sin saber que está muerto y además con un nivel político alucinante. Porque las cartas tienen una parte importante de amor pero también de información política, cuando cuenta por ejemplo que en el primer aniversario del 25 de mayo de 1811 Saavedra prohibe los mueras al rey y las vivas a la patria, dando una información de primera mano muy interesante. Son tremendas porque son 14 cartas que ella escribe sin saber que su marido está muerto, en la esperanza de que está vivo. Después las va a recibir todas juntas de la mano de su cuñado, junto con la terrible noticia.

Felipe Pigna presentó en Rosario su libro sobre Mariano Moreno

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