En abril, una cosechadora pasó por encima a dos cachorros de puma que estaban en un pozo, en la zona de General Cabrera, Córdoba y uno de ellos quedó mal herido.

Un matrimonio de la zona constató que la madre se llevó a uno de los dos cachorros pero no volvió por el otro.

“Tenía las dos patitas traseras como trituradas, a una de sus manitas le faltaba un pedazo, y se le veía un tajo grande debajo de su mandíbula; su estado era terrible. Ahí empezó un proceso nuevo para nosotros”, contaron.

De inmediato, le pidió asesoramiento a su padre veterinario para que curar al animal.

El puma estaba en brazos todo el día, se alimentaba con un gotero y dormía en la habitación del matrimonio en una caja con bolsa de agua caliente, aunque después comenzó a hacerlo en la cama grande.