Por Alejandro Maidana

La historia de Nina Pelozo tiene su anclaje en la superación personal. Dueña de una infancia dura, no tuvo alternativa alguna a la hora de seguir su camino. Desde los 7 años el campo fue su compañero inseparable, junto a sus 14 hermanos cultivaron a destajo los campos de Corrientes, su lugar natal.

Las cosechas de algodón, tabaco, sandías, entre otras, eran la única posibilidad de inserción en un sistema que margina y estigmatiza. La misma brindaría sus frutos y con ellos la posibilidad de consumo e intercambio, para de esta manera poder apalear ese importante grado de vulnerabilidad.

Pero el camino la llevó a la ciudad para dejar atrás la dureza del campo, Buenos Aires la recibiría con 17 años y un bagaje de sueños inconclusos. “Llegué a la ciudad en búsqueda de trabajo con la idea de ayudar a mis padres y hermanos más pequeños que se quedaron en el campo. Tenía 17 años y sólo había terminado la escuela primaria, pero tenía una idea fija, y no era otra que la de superación”, indicaba una eufórica Nina Pelozo.

La dirigente social se encarga de poner énfasis en lo álgido del trabajo de campo cuando se cultiva sin transgénico, ya que la labor depende de muchos factores para poder tener una cosecha digna.

Diferentes actividades la acompañaron en su estadía en Buenos Aires “Hice de todo para poder progresar, hasta que llegó la vida en pareja, por ende los hijos y recién ahí me decidí a terminar mis estudios secundarios. Cuando me tocó participar del Bailando por un Sueño, allí estaba terminándolos. Esa gran meta cumplida me dio la posibilidad de continuar con los terciarios, tenía más de 40 años” dijo.

La insistencia de mucha gente cercana, y su enorme espíritu emprendedor la llevaron a perseguir un sueño ligado a la tierra y a la vida, el Profesorado de Biología orientado en las Ciencias Naturales.

“A sabiendas de que soy una persona con mucho empuje, gente querida me instó en continuar una carrera terciaria. Así fue como comencé la carrera de Ciencias Biológicas, para hoy poder disfrutar de ser docente en la materia. El mensaje que quiero dejar es que nunca es tarde para adquirir conocimientos, es lo único que puede liberarnos de la marginalidad mental”, enfatizaba Nina, que logró recibirse a los 47 años de profesora de biología derribando una barrera más.

En cada palabra insiste con ser perseverante a la hora de buscar la superación personal “se puede salir de lugares difíciles con mucha voluntad y pasos firmes”, destacó.

Su militancia social

Hace 25 años fundaría junto a Raúl Castells una organización social que también articularía en política partidaria, el Movimiento Independiente de Justicia y Dignidad.

El MIJD nuclea a diferentes actores sociales a lo largo y ancho del país. La organización administra una cantidad limitada de subsidios, así como coordina el funcionamiento de comedores populares y la construcción de viviendas económicas.

Refiriéndose al contexto económico actual, expresó: “Notamos que se complejiza día tras día la situación de los sectores populares. Batallamos cotidianamente contra aquellos que buscan cooptar desde el dinero a muchos compañeros, o te invitan a trabajar en conjunto con el único fin de que dejes de luchar por un mundo más equitativo”.

Nina Pelozo mantiene una postura crítica con respecto a los 12 años de kirchnerismo, pero entiende que con el Gobierno de Cambiemos la problemática se profundiza. “El kirchnerismo dejó una pobreza estructural tremenda, y Cambiemos en lugar de aportar soluciones la está profundizando. A esto lo revertimos con trabajo genuino, con posibilidades laborales reales, y con acceso a la educación para todos los jóvenes. Macri no va a pensar en los trabajadores, debido a su condición de empresario sólo va a velar por los intereses de los sectores que concentran la riqueza”.

Con respecto a la política partidaria y a las elecciones fue tajante: “Se reparten los mandatos, un poquito vos, un poquito yo, y en el medio siempre los mismos, los marginados, los explotados. Por eso insto una y otra vez en superarnos como personas, en no depender de un plan que los mantenga cautivos, pero para eso debemos seguir trabajando en la conciencia”, concluyó.