Además de las alegrías y los buenos momentos que un perro trae a un hogar, un reciente estudio demostró que tienen un efecto positivo en la salud de sus dueños. Quienes poseen un canino en sus vidas tienen menos posibilidades de sufrir ataques al corazón u otras patologías fatales.

Los resultados del estudio, realizado por científicos liderados por el profesor Tove Fall, de la Universidad de Upsala, en Suecia, establecieron que comparando los riesgos con personas que viven solas demostraron una disminución del 36 por ciento de probabilidades de fallecer como resultado de una enfermedad cardiovascular si se convive con este tipo de mascota.

De acuerdo con el investigador, los resultados se aplican a personas que, de otra forma, vivirían solas, ya que en hogares con más humanos además de la compañía perruna, el beneficio llega solo al 15 por ciento, siendo superior al de las casas donde no hay perros.

“Vemos que los efectos en hogares en que solo viven el perro y su dueño son mucho más fuertes que en aquellos compuestos por más de una persona”, detalla Fall, quien agrega: “Si tienes un perro, neutralizas los efectos de vivir solo”.

Si bien el estudio no logra explicar la forma como estos animales ayudan a sus dueños a evitar tales enfermedades, los científicos aventuran que podría tratarse de un efecto ocasionado por la reducción del estrés gracias a la compañía y la motivación para llevar una vida más sana.

La investigación se realizó durante 12 años y tomó los datos de 3,4 millones de personas que viven en Suecia, de las cuales solo el 13 por ciento tenían un perro en el hogar. Comenzó el primero de enero de 2001, y se implantó como requerimiento que cada perro en Suecia tuviera un único identificador (tatuaje o chip subcutáneo), registrado por el ministerio sueco de Agricultura.

Se hizo con residentes de entre 40 y 80 años porque las personas menores tienen mucho menos riesgo de sufrir un infarto.