El mundo del fútbol está de luto. Es que Roberto Cabañas falleció esta madrugada en Asunción, Paraguay, a los 56 años «por un paro cardiorrespiratorio alrededor de la una de la mañana» confirmaron a Télam familiares del delantero nacido en Pilar, Paraguay, que jugó en Boca en 1992, además de formar parte de los equipos de Cerro Porteño y Libertad de su país.

Patricia Ramírez Cabañas, sobrina del jugador, contó «con tristeza» el final «del querido y admirado Roberto Cabañas, que murió en el domicilio de su hermano (Valerio) de un paro cardíaco».

«El mago de Pilar», como era conocido Cabañas, también se desempeñó en Brest Armorique y el Lyon de Francia, el New York Cosmos de Estados Unidos, América de Cali, Deportivo Independiente de Medellín (Colombia), Barcelona de Ecuador, además de integrar la selección de su país, con la que obtuvo la Copa América en 1979.

Sus familiares explicaron que el ex jugador «estaba viviendo su vida con normalidad» y «había vuelto a entrenar nuevamente para unos proyectos que tenía ligados al fútbol: la dirección técnica».

Parte de su familia, tras la separación con su esposa, «está viviendo en Colombia y un hijo en Paraguay».

Tiempo atrás, Roberto Cabañas trabajó como comentarista deportivo en Radio Primero de Marzo, «pero el contrato ya finalizó. Ahora estaba intentado reponerse» de una situación económica adversa, «pero se sentía solo y asustado» comentaron.

«Sus restos serán velados en su tierra» agregó la fuente al afirmar que el su cuerpo será trasladado a la ciudad de Pilar.

«Hasta unas horas antes» de su muerte «estuvo hablando con su hermana Julia sin problemas, pero ahora nos toca informar su deceso» indicó su sobrina.

Pícaro y de declaraciones picantes

Roberto Cabañas fue un jugador que por su personalidad y verborragia se identificó rápidamente con la idiosincrasia de Boca, ganándose el cariño de los hinchas, que lo elevaron a la categoría de ídolo.

Cabañas llegó a Boca a mediados de 1991, con 30 años, pero curtido futbolisticamente, ya que venía del fútbol de Francia, donde llegó a ser considerado el mejor futbolista extranjero, tras jugar en el Olympique Lyon y en el Stade Brestois. También jugó en América de Cali entre 1985 y 1987, donde fue compañero de Carlos Ischia, Ricardo Gareca y Julio Falcioni.

Entre 1980 y 1981 estuvo en Cosmos de Estados Unidos, en un equipo dedicado más el «fútbol espectáculo» y las giras internacionales que a los campeonatos locales, junto a figuras como su compatriota Julio César Romero, el brasileño Carlos Alberto (fallecido hace unos meses), el italiano Giorgio Chinaglia o el iraní Andranik Eskandarian.

Una vez en el club de La Ribera se ganó la simpatía de los hinchas con sus declaraciones, sobre todo en las previas de los clásicos ante River.

«Afuera a River no lo conoce nadie», dijo para disparar la polémica. «Me alegré mucho cuando River descendió», señaló en otra ocasión. Hernán Díaz y Leonardo Astrada «fueron hijos míos toda la vida», agregó.

Junto a Alberto «Beto» Márcico y Blas Giunta, Cabañas integró el plantel que en 1992 obtuvo el campeonato local después de 11 años, dirigido por el «Maestro» Oscar Washington Tabarez, y junto a otros ídolos como el «Mono» Carlos Navarro Montoya, Carlos Mac Allister, Carlos «Chino» Tapia y Sergio «Manteca» Martínez. En ese torneo, Cabañas jugó 17 partidos y señaló 7 goles.

«Se acuerdan del título del 92, que para mí fue muy importante porque quedamos en la historia del club. Y también de los partidos con River. Yo me acuerdo de todos… Si les ganábamos siempre, ja. Boca es lo mejor que me pasó en el fútbol. Hasta mis hijos y mi familia son de Boca», dijo una vez retirado.

Muchos simpatizantes de Boca también recordarán con simpatía su viveza para defenderse con los codos dentro del área. En algunos tiros de esquina, más de un defensor rival quedó con marcas en el rostro.

Con la camiseta de Boca debutó en un partido ante Ferro el 13 de septiembre de 1991. Una semana más tarde, en La Bombonera, su equipo perdía con Vélez 2 a 0 y Cabañas hizo tres goles para dar vuelta el resultado y llevarse la victoria por 3 a 2.

En el torneo de verano de 1992, jugado en Mar del Plata, un golazo suyo sirvió para ganarle 2-1 a River para delirio de los hinchas xeneizes que habían colmado el estadio José María Minella.

En los últimos tiempos, ante distintos vaivenes del equipo xeneize, Cabañas fue consultado por distintos medios periodísticos, circunstancia que aprovechó para criticar a la conducción técnica encabezada por Guillermo Barros Schelotto.

«Me da vergüenza verlo a Boca jugar así. Los errores que cometió son infantiles», señaló el ex delantero, dolido por la eliminación del equipo de sus amores de la última edición de la Copa Libertadores por Independiente del Valle de Ecuador.

«Uno es fanático, uno sigue a Boca, uno creía que con el cambio de técnico iba a ser mucho mejor. Pero vos te das cuenta que Boca, con (Rodolfo) Arruabarrena jugaba más, jugaba a algo. Este equipo juega a lo que sale. Y la gente sigue creyendo que Boca sigue siendo el mismo de antes, con el hambre, el corazón, la garra, pero no», opinó.

Su juego, su picardía y sus punzantes declaraciones quedarán siempre en el recuerdo de los hinchas de Boca.