Por Enrique Genovar

Claro que no es sencillo. De hecho asoma como uno de los escollos más difíciles que deberá afrontar el Canalla en mucho tiempo a esta parte. Pero este plantel ya sabe de sortear obstáculos complicados. Este equipo sabe cómo jugar esta clase de partidos. Y conoce que para cerrar la serie a su favor necesitará jugar con el corazón.

Nacional ha dominado todo lo que jugó en Medellín durante la actual edición de esta Copa y sólo Huracán lo incómodo pero fue por un corto lapso de tiempo. El rival de Central es de temer, pero fue este equipo quien sorteó octavos casi sin despeinarse ante otro rival de fuste y con historia más copera que la de los colombianos.

Jugar bien o simplemente pasar. No hay dudas de que la historia la cuentan los ganadores. Obvio que a veces el jugar bien allana el camino hacia el objetivo, pero en Copa y más en éstas últimas ediciones sólo importa el que pasa, el que sigue.

Central está ante una posibilidad histórica: meterse entre los cuatro mejores del continente. Pero para eso primero debe pasar y para hacerlo tendrá que jugar con el corazón para doblegar a un equipo con un poderío sorprendente de mitad de cancha hacia adelante. El Canalla ya lo hizo en 2001, ahora 15 años después, buscará el mismo logro.