El argentino Claudio Richetti fue galardonado como el mejor fotógrafo artístico de 2015 a nivel mundial por una obra en la que juega a retratar el infinito con personajes que se superponen con expresiones disparatadas. ¿Quién es y cómo piensa?

Nació en Buenos Aires en 1960, vive en el oeste bonaerense y es contador público y administrador de empresas con un postgrado en Negociación, pero su pasión lo llevó a recorrer el mundo y obtener numerosos reconocimientos por otro motivo: la fotografía artística.

Comenzó sus estudios de fotografía digital con el consagrado Nicolás Berlingieri (también argentino) a mediados del 2003 y a partir de allí, aplicó técnicas de dibujo y pintura a la creación de sus obras, influenciado por René Magritte, Vito Campanella y Juan Carlos Liberti.

En una reciente entrevista, Richetti relató como fue recorrer el camino que lo llevó a ser premiado con el Master FIAP 2015, el reconocimiento internacional más importante para esta corriente artística; y también qué piensa de la masificación de la fotografía a partir de las cámaras digitales y los celulares.

Considerando que sólo hay cinco Master FIAP en América y cuatro son argentinos, Al hablar del camino recorrido, el fotógrafo considera que fue “entretenido” :  “Es un camino en el que hay que ir acumulando honores que jerarquizan las obras. Piden 20 fotografías que integren un porfolio: una obra que no aburra y lleve una lógica, que haya homogeneidad entre ellas. El objetivo es que quien lo observa nunca pierda el interés en la obra”.

El artista relata que antes de concretar el portfolio que resultó ganador, hizo varios intentos previos: “Generaba la idea, la llevaba a la práctica y le mostraba la obra terminada a otro argentino que ya era Master Fiap: mi profesor, mi maestro, amigo y director: Nicolás Berlingieri. Nicolás –que es uno de los fotógrafos digitales más reconocidos en el mundo y brinda cursos a los jurados- miraba mis trabajos y me los reventaba. Me decía: ‘mirá, como fotos individuales son muy buenas, pero como porfolio no va a andar’.

El clic, según cuenta Richetti, se produjo un día en que Berlingeri le preparó una clase sobre “qué es un portfolio”. “Allí entendí lo que se debía interpretar. Le comenté mis ideas y me alentó. Una colaboradora consiguió 26 personajes, gente curiosa. Artistas, escritores, fotógrafos, payamédicos, amas de casa, un disc jockey, un barman y hasta un mago que es discípulo de René Lavand”.

richetti2En cuanto a la técnica elegida para la composición, el artista explica que: “Tuve como idea fundamental una técnica clásica antigua que consiste en repetir lo mismo hasta el infinito. Pero en este caso, lo fui combinando: armé parejas de retratos. Es una combinación perfecta matemática, porque siempre se va al infinito pero nunca se repiten las combinaciones”.

Sobre la obra ganadora, Richetti señala que les pidió a los artistas que: “hicieran expresiones espontáneas y disparatadas: muecas, expresiones raras. Seleccioné las imágenes y presenté el trabajo en diciembre de 2014. El jurado se reunió en marzo en Barcelona y decidió”.

Richetti considera que, si tuviera que dar un consejo a quienes quieran incursionar en fotografía artística, le diría que “la mejor forma de aprender es sacando fotos”.  “Esto es prueba y error. Buscar la progresión. Y también, claro, ver mucha buena fotografía: eso te inspira. A mi me ayudó muchísimo ir a exposiciones y ver pinturas. Cuando tuve la posibilidad de viajar, fui a museos de arte moderno para analizar las nuevas tendencias. Yo hago mucho surrealismo, juego con las imágenes, salgo un poco de lo tradicional, trato de no encasillarme”.

En relación a la masificación de la fotografía a partir del boom tecnológico, el artista manifiesta que: “Todos nos debemos adaptar a los nuevos y jóvenes conceptos. Hoy ya no se puede juzgar sólo con criterios clásicos como los tercios, la composición. Hoy por hoy el arte también es tratar de interpretar lo que el artista quiso decir. Los jóvenes no están pensando en como encuadrar una foto: lo que tratan es captar un momento y transmitirlo de la mejor forma posible. Las nuevas generaciones están incursionando mucho en la foto testimonial y utilizan sus teléfonos celulares con cámaras de fotos con las que captan en tiempo real e instantánea momentos espontáneos. Hay una evolución increíble y se hacen mucho más fotografías que hace unos años. Sacar una foto y poder verla en el momento es fabuloso”.