Emanuel es el mago más reconocido de Argentina y Latinoamérica, intriga  continuamente  a su  audiencia  de TV tanto como al   público en   vivo  en  los  teatros  y  shows,  sorprende, entretiene  y  fascina   a  la  gente de todas las edades.

Sus celebradas actuaciones  de ilusionismo presentado de un modo moderno, con muy buen gusto y refinamiento, mucho humor, muy  buena música y coreografías,  lo  han  llevado a recibir sensacionales críticas de periodistas  especializados, premios y lo mas importante,  la aceptación del público Argentino e internacional.

El próximo sábado a las 21, todo el mundo mágico y de las ilusiones se presentará en el teatro de Empleados de Comercio.

Antes de su presentación Emanuel, dialogó con Conclusión.

—¿Cómo te preparas para este show?

—Muy bien, es un espectáculo que lo hicimos en Carlos Paz y nos fue bien. La gente se enganchó muchísimo con el espectáculo y con la interacción. Estoy contento de hacerlo, la pasamos muy bien en el verano.

—¿Interactuas mucho con el público?

— Para mí es fundamental, más allá de sorprender con la magia, hoy en día la interacción con el público es muy importante. Hace tiempo que lo vengo haciendo, ahora le ponen mucha movida al stand up. Yo hace años que lo hago pero lo llamo «stand up magic» (risas). Se puso de moda el stand up comedy, que ya lo hacía Tato Bores. Sólo le cambiamos el texto y lo hacemos con participación de la gente.

—¿Qué es lo que más te gusta de la magia?

—Uh es difícil (risas) soy un aficionado del arte de crear la ilusión. Me gusta cuando me relaciono con el público, cuando hago las grandes ilusiones; porque cada cosa es distinta. Hacer grandes ilusiones requiere un musical, una puesta en escena o una postura física; la interacción con el público requiere la concentración de dónde uno quiere llevar a la gente a la hora de la ilusión. Colecciono cartas y hay muchas ramas interesantes y me es muy difícil elegir. En realidad me gusta estar con el público y mostrar mi arte.

—¿Las cartas son fundamentales para la magia?

—No tanto pero son una gran parte para hacer magia. Hay magia de salón con cartas, de escena, se pueden usar o no. Hay otras personas que no hacen trucos con cartas.

—¿Todos los sentidos se van a rebelar en este show?

—(Risas) Lo llamé «La rebelión de los sentidos», iba a usar «revolución» pero me pareció una palabra muy fuerte. Ahora la gente interpreta para el lado que uno quiere y no para dónde es (risas). El juego era revolucionar los sentidos, entonces la rebelión es un sinónimo de revolución y me sonaba bien el título. Mi mensaje es que no hay límites para los sentidos.

—¿Cuáles son tus referentes en la magia?

—Acá tengo un grande que no tengo nada que ver artísticamente, pero si ideológicamente en el sentido de cómo revolucionó la magia que fue René Lavand. Hizo algo más allá de que le faltaba una mano, lo artístico de él era su palabra y era un distinto. Y de afuera un mago que se llama Lance Bolton que ahora está retirado.