Por Mario Luzuriaga

Este jueves se presentó de manera oficial la diplomatura en restauración y conservación de películas, que estará a cargo de la Cinemateca y archivo de imagen nacional (Cinain) en conjunto con la Universidad de Buenos Aires.

El objetivo de la carrera es preservar el patrimonio audiovisual del país y va a contar con grandes especialistas del mundo para guiar a los futuros diplomados.

Conclusión dialogó con Fernando Madedo, delegado organizador de la Cinain, quien explicó los detalles de esta carrera,

—¿Cómo surgió este proyecto de crear la diplomatura?

—Inicialmente tiene que ver con la puesta en funcionamiento de la Cinemateca y archivo de imagen nacional (Cinain). Lo que hacemos es promover la formación en el campo de la preservación y al mismo tiempo intercambiar estudiantes con cinematecas o programas similares en el exterior. En segundo lugar, dado que está previsto en la ley, poner en funcionamiento la Cinain  implica una serie de cuestiones. En principio generar cultura con respecto a la preservación audiovisual, que es la gran falencia que tiene actualmente el patrimonio audiovisual. No hay cultura en cuanto a la preservación, quiero decir que  sólo los que han estudiado lo hicieron afuera. Hay que generar cultura de preservar también en el público y sería interesante formar aquella gente que no tenga un conocimiento audiovisual. Y en tercer lugar, las cuatro personas que se formaron lo han hecho en el exterior y esto es importante porque no hay carrera de este tipo en el país ni en Latinoamérica.

—En términos generales ,¿es costoso hacer este proceso de restauración y conservación?

—Si es algo que tiene un valor económico que es costoso. Pero hay algo que va más allá de lo económico, requiere de personal formado. Hay que tener en cuenta que la persona que va a tocar una película en fílmico y no sabe manipularla, de acuerdo en el estado en que esté el material, cualquier acción que haga puede deteriorarlo al punto tal de que se pierda toda la película. Estamos trabajando con un patrimonio y lo tiene que manejar una persona calificada. Implica una cuestión que incluye varios saberes técnicos, químicos, de gestión y demás que hace que la tarea tenga una especificidad dentro del campo de las artes audiovisuales. También es un deber del Estado de proteger este material.

—¿Cuánto tiempo lleva la formación de estos profesionales?

—El programa que estamos iniciando este año, que puede ser modificable, es de un año. Digo que puede ser modificable porque este tipo de materias cambian todo el tiempo porque están vinculadas con lo tecnológico. Cambia la tecnología, cambian los saberes y cambian los métodos de trabajo; la currícula está en constante actualización, en algunos casos se evaluará si es efectivo el año, es por esto que este primer año será la prueba de fuego. Por suerte tenemos la presencia de un consejo profesional desde David Walsh de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (Fiaf), o el programa MIAP NYU.

—¿Habrá algún plan de restauración que implique usar material de todo el país?

—De hecho he estado en contacto con varios archivos y hay un plan desde el Ministerio de Cultura de la Nación de poder realizar un diagnóstico de los archivos de las provincias. Es importante apoyar el trabajo regional hace que los archivos puedan fortalecerse y puedan conservar su historia.

 —Una vez terminada esta primer división, ¿tienen decidido con qué material van a trabajar?

—Hay una cuestión de formación amplia de la carrera, porque puede haber restauradores, catalogadores o del uso del material de archivo. Uno de los ejemplos que se desarrolló en los últimos 10 años fue el «fan footage», es el trabajo de documentales en base a material de archivo. La diplomatura tiene diferentes perfiles y eso lo optará cualquier diplomado. Pero como práctica profesionalizante habrá un trabajo de archivo locales e internacionales de dos meses.