Por Mario Luzuriaga

«Spectaculum» se trata de un nuevo desafío artístico de Kapanga, una propuesta distinta a las que nos tienen acostumbrados. Esta serie de shows se disfrutará por primera vez desde la butaca y constará de tres actos con nuevas versiones, invitados sorpresa, rarezas, intervenciones y temas que vuelven a salir a la luz.

Además la banda incorporará team de cuerdas y brasses estables para este nuevo espectáculo. Javier «Memo» Manera, dialogó con Conclusión antes de su recital que será el próximo 4 de noviembre en el teatro La Comedia a las 21.

«Spectaculum» se viene con todo…

—Sí, el sábado 4 vamos a estar en el teatro La Comedia festejando un nuevo cumpleaños de la banda, número 20. Con «Spectaculum» salió la idea de hacer algo orientado para llevarlo a salas de teatro. Nos dimos cuenta que hay un montón de salas y creamos una lista en base a diferentes momentos. Y agregamos un montón de canciones que están en medios tiempos, después hay reversiones y por último el «Kapanga» tradicional con sonidos orquestados.

—¿Qué les genera tocar en un teatro? ¿La energía es diferente o sigue siendo lo mismo?

—Se vibra de otra manera, la gente está super relajada, como si estuvieran viendo una película (risas). Y también bailando que sería en 80% de los shows tradicionales, que están en otro plan. Yo me siento muy bien y lo percibo de una manera diferente.

—Luego de tanto años juntos, ¿discuten qué tema les gustaría interpretar?

—La gente siempre espera que toques el teman que saben o el que les guste. Por lo general al público masivo les gusta los hits y a uno les gusta tocarlos, es como subirte a la moto con esa gente. Te van llevando en andas, me gusta tocar todo, las que reversionamos también tiene su nuevo ropaje.

—¿Qué les pasa cuando ven que sus temas son furor en ámbitos como casamientos?

—He ido a un par de casamientos, pero está bueno sonar antes del carnaval carioca, donde la fiesta está bien arriba. Está bueno porque sentís esa energía que es parecida como cuando estas tocando, por suerte son las que más arriba están.

—¿Algo parecido les pasa cuando se escuchan dentro de una cancha de fútbol?

—Con el fútbol tengo un amor olvidado, antes era todo más normal y ahora se les cae la careta con todos lo negociados. Después no pierde la mística del barrio o de la hinchada y te motiva escucharlas y me da muchísima alegría y más cuando la cante la masa. Es de otro muncdo.

—¿Cuál es la relación que tienen con el público rosarino?

—Es muy buena, nos vienen a buscar a la puerta del hotel  y recuerdo con cariño cuando tocabamos en el «Willie Dixon». La gente de Rosario es copada.