Por Mario Luzuriaga – Edición: Hernán Cabrera

«Con el Negro nos descubrimos», contó Gabriela Mahy, la mujer que acompañó a Roberto Fontanarrosa hasta el último momento de su vida.

A pocos días de cumplirse el 10º aniversario del fallecimiento del Negro, Mahy estuvo en el estudio de Conclusión relatando sus vivencias junto al recordado historietista rosarino. «Se acercó con mucho respeto y cautela», relató Mahy al ser consultada sobre cómo se conocieron y entablaron su relación afectiva.

Sobre cómo Roberto se desempeñaba en la vida cotidiana, Gabriela comentó que es madre de tres hijos, todos hinchas fanáticos de Newell’s, el gran rival del club de los amores de Fontanarrosa: Central. En relación a si ella lo acompañaba a ver fútbol, con simpatía respondió que no era amante del deporte preferido del autor.

A Fontanarrosa siempre se lo asocia con el término «amistad». Al respecto Mahy dijo: «El concepto de amistad es muy complejo, no tuvo amigos íntimos. Si los tuvo eran contados con los dedos de la mano». Reveló que nunca compartió momentos íntimos, porque no era necesario. «Uno de los amigos más cercanos que tuvo fue su profesor de inglés, Eddie, que se veían dos veces a la semana. Con él tuvo una amistad entrañable y nunca trascendió como lo hicieron los muchachos de La Mesa de los Galanes».

El Congreso Internacional de la Lengua de 2004 fue uno de los momentos más recordados por el inconsciente colectivo. Gabriela comentó «que el Negro nunca llevaba un discurso a la hora de dar charlas, pero a la hora de ser convocado para decir las palabras de dicho encuentro, Roberto estaba muy nervioso, pero fue una emoción muy grande escuchar ese acto de cierre».

Finalmente, Mahy dijo que la satisfacción mas grande del Negro era hacer reír a la gente.