Por Mario Luzuriaga

El folclore es uno de los géneros que más nos representa. Y fue esa música que sembró en Luciana Jury su pasión por interpretarla.

En 2011 editó su primer disco solista, «Canciones brotadas de mi raíz» sorprendiendo al público y a la prensa especializada con las mejores críticas.

Este disco es un documento sonoro donde puede entenderse cuales fueron las sonoridades que la construyeron como intérprete y compositora.

En 2014 graba un trabajo excepcional junto a Gabo Ferro “El veneno de los milagros”; por éste trabajo nominada a los premios Gardel.

Hoy en día está realizando una gira y Rosario es su próximo destino. El próximo sábado se presentará en «El Aserradero» (Montevideo 1518).

Previo a su show, la artista comentó a Conclusión, que al no depender de una banda no tiene que prepararse antes de su presentación. «Al tocar sola tengo mucha libertad de poder preparar los temas», afirmó la cantante.

—¿Cómo va a ser tu presentación?

—Más que nada voy a interpretar temas de mi repertorio y canciones nuevas.

—¿Te gusta actuar como solista?

—Sí, me encanta poder tener esa autonomía de desplazarme por las rutas y tocar la guitarra. Pero también me gusta poder hacerlo junto a una banda. Pero siento que cada vez que una mujer sube al escenario con una guitarra y con un micrófono para cantar, me llena de alegría. Me da fuerzas para sentir de que las mujeres pueden enfrentarse al público, ya que hay demasiados intérpretes hombres.

—¿Cuán importante es el folclore en tu vida?

—No puedo catalogarlo como importante, es algo que está impuesto. Yo me crié con esa música desde que estaba en la panza de mi mamá. Es vital la importancia porque sin esa parte no viviría, pero también es parte de mi construcción. No sé como vivir sin el folclore, es mi raíz. Va teniendo otra dinámica y nutriéndose de otras cosas, pero sigue latiendo.

—¿Te permitís fusionar el folclore con otros géneros?

—Lo hago todo el tiempo, pero es una función performática, de soltar sonidos, silencios y susurros; tiene que ver con una necesidad de experimentar cosas nuevas, en un momento histórico y social que me asfixia y me provoca violencia y todo eso está expresado en mis canciones.