Por Mario Luzuriaga

El folclore es una de las ramas de la música que más nos identifica y hoy en día sigue estando presente en la escena. En esta ocasión, «Ruta Nacional Canción» es una propuesta artística federal sostenida desde hace 7 años, creada por el músico chaqueño Seba Ibarra. Músicos dedicados al género muestran su trabajo en diferentes provincias, encontrándose también con sus colegas y anfitriones de las localidades elegidas.

Uno de los artistas es Martin Reinoso, un cantautor que viene desarrollando su obra hace 20 años, la cual intenta contar el nuevo tiempo del folclore y sus vivencias. Sus canciones van desde el cotidiano paisaje urbano a la realidad actual campesina. Conclusión dialogó con el artista antes de su presentación que será el próximo sábado a las 22 en el Centro Cultural «El Espiral» (Ituzaingo 1719).

—¿Qué rutina vas a presentar en el espectáculo del sábado?

—Lo del sábado es una ocasión especial y aprovechando el ciclo «Ruta Nacional Canción», vamos a mostrar un poco las canciones más de cantautor, son más íntimas de lo que vengo haciendo. Es diferente de lo que hago, porque en mi último disco lo hice tocando con una banda. Aprovechando el encuentro con otro artista de otro lugar, está bueno presentar canciones más inéditas.

—¿Cuál es la diferencia de cantar estos temas íntimos que interpretar los del cancionero popular?

—Es un poco mostrar la entrecasa, lo que uno forja, el momento en que te concentras directamente en la composición. Es trasladar todo ese detrás de escena y dejar de lado un poco los temas que están ya armadas.

—¿Te sentís más cómodo trabajar solo o junto con la banda?

—Es parte de un desafío, me gusta las dos cosas y no hay muchas oportunidades de mostrar esas dos facetas, entonces si bien lo que venimos tocan en banda, por ahí está bueno que se de ese espacio. Que sea un encuentro para estar al desnudo con la guitarra, me parece que es una muy linda oportunidad y un muy lindo desafío. Estoy muy ansioso por hacerlo.

¿Tenés intimidad a la hora de componer?

— Mirá no tengo momentos tan íntimos o solitarios para componer porque tengo una familia, escribo lo que vivimos y lo que nos pasa. Las canciones son parte de mis días, lo cuento como si yo fuera el protagonista de las mismas. Me gusta decir qué le dejaría a mis hijos, qué futuro, etcétera. Me han formado cantores viejos y viviencias, por suerte el folclore va mutando. Uno intenta ser genuino a la hora de componer.