La situación que atraviesan las pequeñas y medianas empresas de Argentina es de preocupación y angustia. Pero no son el único sector que vislumbran panoramas desoladores. «La caída del consumo, el aumento de las importaciones, la suba de tarifas y las tasas de interés, hacen inviable cualquier proyecto productivo dijo el presidente de la Cámara de Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA), Ariel Aguilar al exponer la alarmante cifra de 3.000 puestos de trabajo menos al cerrar 70 fábricas de cuero en el país.

Según publica Ámbito.com, en el primer semestre, las unidades importadas de productos del sector aumentaron un 49,89% con respecto a igual período de un año antes según informó la CIMA. Asimismo, las compras en el exterior de carteras de cuero y símil, billeteras, cinturones, bolsos, mochilas, ropa de cuero y demás ya habían aumentado un 75% en los dos últimos años, en relación a 2015.

«En el contexto actual, con una caída del consumo del mercado interno de un promedio del 30%, esta suba profundiza aún más la crisis de nuestro sector. Lo más preocupante es que una de las condiciones de la firma del acuerdo con el FMI plantea más apertura comercial y claramente en nuestro sector esto se confirma», destacó Aguilar.

En este sentido, el dirigente precisó que «otro dato relevante que marca la decisión política de profundizar esta apertura es que la cantidad de importadores de marroquinería paso de 470 a 1420″.

Aguilar sostuvo que el sector «nunca planteó un cierre de importaciones sino que, de hecho, nuestro sector siempre convivió con productos importados en un esquema de administración responsable del comercio exterior».

Durante los últimos dos años y medio, las políticas que produjeron caída del consumo interno como la apertura indiscriminada de importaciones, la suba de tarifas y combustible o el incremento de la tasa de interès generaron el cierre de más de 7.500 pymes y la pérdida de más de 70.000 puestos de trabajo en distintos sectores industriales.

Para el titular de CIMA, denunció que «los términos en que se plantea la cuestión de competitividad es falsa ya que el 80% de los costos tiene que ver con cuestiones que puede regular el Gobierno, como las tarifas» y puntualizó que «se plantea disminuir los derechos que pagan los cueros crudos, lo cual dejaría con menos cueros el mercado interno en un claro sesgo de primarizacion de nuestra cadena de valor».