La nieta recuperada 126, hija de Edgardo Garnier y Violeta Graciela Ortonali, ambos aún desaparecidos, afirmó que «esta vez no pudieron» y que «el amor es más fuerte que el odio, siempre» al pronunciar un emocionante discurso junto a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en la sede de la entidad.

«Se me completó la vida», afirmó la joven, quien dijo sentirse «plena» y celebró tener «una abuela». La joven explicó: «Me enteré que no era hija biológica de mis padres un sábado y el lunes siguiente ya estaba acá para preguntar si era hija de desaparecidos, más que nada por mi fecha de nacimiento».

Contó que le dieron turno para hacer los análisis en la Conadi y que cuatro meces más tarde la llamaron para decirle que no había habido compatibilidad con el registro. «Seguí mi vida pensando otra historia, que me habían abandonado, por ejemplo, pero no podía tener certeza, tenía que aprender a vivir con eso. ¿Dónde iba a buscar cuarenta años más tarde?», indicó.

Este lunes, sin embargo, la nieta recibió un nuevo llamado de la entidad. «Me dijeron que había información que me tenían que dar personalmente y ahí sospeché, me puse muy ansiosa y una compañera de trabajo me acompañó», explicó.

La joven se mostró «feliz» y «plena» y remarcó: «Se me completó la vida. La sensación de pasar de pensar que fui abandonada, no deseada, a sentir que fui una persona muy querida, muy deseada, muy buscada, que tengo una familia hermosa y que tengo una abuela, ¡no lo puedo creer!».

Violeta Ortonali fue secuestrada el 14 de diciembre de 1976, con ocho meses de embarazo, contó la presienta de Abuelas. «Edgardo buscó por todos lados a su mujer hasta que el 8 de febrero de 1977 también el fue secuestrado. Su familia continuó la búsqueda y fue una de las primeras en hacer la denuncia, pero nunca hubo ningún dato concreto sobre la pareja ni el niño o niña nacida en cautiverio, hasta ahora», subrayó.

La joven se acercó al Área de presentación espontánea de la sede de Abuelas para consultar por su identidad porque alguien de su entorno familiar le había dicho que no era hija biológica de la pareja que la crió.

A su vez, Estela de Carlotto explicó: “Su familia la buscó siempre. Fueron de los primeros en hacer la denuncia en Abuelas». Durante la conferencia de prensa, la joven alentó a que todas las personas que tengan dudas sobre su identidad y que hayan nacido en la década del 70 se acerquen a Abuelas.