La búsqueda del submarino ARA San Juan continuaba incorporando recursos, especialmente en cuanto a vehículos de exploración subaqcua, aunque por el momento no hay novedades sobre su destino y el de sus 44 tripulantes.

«Lamentablemente no tenemos ninguna localización del submarino por el momento», expresó este mediodía el capitán Enrique Balbi, vocero de la Armada.

En la primera conferencia de prensa ofrecida el día 12 de la búsqueda en la sede de la fuerza, Balbi confirmó que aún se piensa en la posibilidad de que haya una situación de los tripulantes de «supervivencia extrema».

El vocero señaló que hay «catorce embarcaciones abocadas a la búsqueda, seis de ella en una zona concentrada», en la que se habría registrado el evento compatible con la explosión en el día de la desaparición del ARA San Juan.

En tanto, continuaban incorporándose a los rastrillajes vehículos de exploración submarina estadounidenses y rusos, con capacidad para descender a partir de los 300 metros de profundidad.

Mientras se esperaba el arribo en la tarde de este lunes de un minisubmarino de ruso de rescate a la zona de búsqueda a bordo del buque Sophie Siem, tras varios días de trabajo para ensamblarlo en el puerto de Comodoro Rivadavia, el vocero de la Armada confirmó la llegada al país para el próximo de diciembre de otro vehículo similar, pero de exploración y del mismo origen, con capacidad para llegar hasta los seis mil metros de profundidad.

En cuanto a las condiciones climáticos, Balbi indicó que este miércoles eran «regulares», «ni muy optimas, ni muy adversas», mientras que para este martes se esperaba un empeoramiento a causa de fuertes vientos del sector norte.

Además del que se encontraba a bordo del Sophie Siem, otro minisubmarino que se encuentra a bordo de la corbeta Robisnon y en las próximas horas arribaría desde Tierra del Fuego el buque Islas Malvinas, que regresa de la campaña antártica, y tras un corto paso por el puerto de Ushuaia, se dirigirá a Comodoro Rivadavia con otro sumergible para aportar a la búsqueda.

Balbi reiteró que «no hay indicios» de que el submarino haya sido atacado y sostuvo también que tampoco pudo haber estallado a causa de un accidente con armamento propio, porque «no llevaba torpedos de combate».