Según un informe publicado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, dos de cada diez mujeres que poblaron el miércoles pasado las cuadras que van desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo para pedir por la igualdad de género y protestar contra la violencia machista lo hicieron por primera vez.

Por otra parte, si se tiene en cuenta que ya hubo tres marchas #NiUnaMenos  -2015, 2016 y ahora- y que el 54 por ciento de las asistentes se enteró de la convocatoria a través de las redes sociales, puede afirmarse que “el mensaje toma cada vez mayor fuerza y ya quedó definitivamente instalado a nivel social´”, explicó el sociólogo Carlos De Angelis, junto a 25 personas del equipo de Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) de la Facultad de Ciencias sociales de la UBA, que recorrió el Paro internacional de Mujeres el 8M para relevar entre 462 pariticpantes por qué y para qué fueron a manifestarse.

Si bien los resultados preliminares del sociólogo destacan que “hay un dato llamativo: este año aunque la gran mayoría (el 76%) sigue manifestando que concurrió ‘en apoyo a la consigna de la convocatoria’, el 13 por ciento del total dijo que participaba porque fue víctima de violencia de género o conoce a alguien que lo fue”.

En este sentido, ese porcentaje aclara que “es muchísima la cantidad de mujeres que admiten que salieron porque fueron víctimas”.

Por otra parte, si se tiene en cuenta el nivel educativo, es llamativo que no se detectan grandes diferencias entre los dos extremos de la escala (quienes no terminaron la secundaria y quienes cursaron al universidad completa) y representan el 9 y el 6,1 por ciento del total, respectivamente.

Este año creció no sólo la convocatoria de mujeres jóvenes –casi el 60 por ciento de las asistentes tienen entre 16 y 40 años-, sino que también el nivel de información sobre la Ley de Protección integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres: sólo el 35 por ciento dijo no conocer su existencia.

Según De Angelis, llama la atención “la mayor conciencia en las mujeres sobre las situaciones de violencia y discriminación a las que se enfrentan en la vida cotidiana”. Los datos dan cuenta de ello: el 12 por ciento de las encuestadas dijo haber padecido agresiones físicas; el 38 haber sufrido maltrato físico u hostigamiento; el 17 abuso o intimidación sexual, entre otras situaciones.

El informe revela además que siete de cada diez encuestadas admitieron haber recibido “comentarios  inapropiados o humillantes en la vía pública” en el último año, por lo que “el conocimiento sobre lo que está y lo que no está bien demostró que se impuso entre las mujeres, no importa el nivel de instrucción ni la edad”, concluyó el informe.