Por Candelaria de la Cruz

Sergio y Cristina son pareja, cada uno de ellos con sus hijos y su familia ya conformada. Cristina, en un acto de amor tan fuerte como el de una madre, decidió sumarse al programa Familias Solidarias. Esta medida, que en su origen fue aceptada con grandes expectativas, tiene como objetivo en común el alojamiento de Niñas, Niños y adolescentes facilitando una alternativa a la institucionalización, prevista en la ley 12.967 de promoción y protección integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

Con esa misma expectativa, la familia Morla- Gigliotti recibió en su hogar a un nene de 1 año que había estado institucionalizado desde el momento en que fue separado de su mamá biológica, días después de su nacimiento.

«Nosotros no generamos este vínculo, lo hizo el Estado y ahora lo quiere destruir»

La esperanza de Cristina y Sergio era que este niño no sufra, que tenga un hogar por seis meses hasta encontrar una familia definitiva que lo cuide y lo haga feliz. Pero algo falló. La Subsecretaría de Niñez y Adolescencia de Santa Fe no cumplió con el plazo que establece el programa –que es de seis meses- y el niño que hoy tiene 3 años, todavía vive con ellos.

Este  miércoles, con un vínculo ya formado, con un “mamá” y “papá” de por medio, les informaron que el nene iba a ser sacado del seno familiar y llevado a otra familia solidaria.

“Nos llamaron y nos dijeron que el jueves 18 de enero teníamos que llevar al nene a la Subsecreataría y dejarlo ahí para que se lo entreguen a otra familia, no definitiva, sino otra familia solidaria, como si fuese un paquete”, denunció Segio Gigliotti en diálogo con Conclusión.

Según contó Sergio, esta decisión surge como una “represalia” luego de que el y Cristina hicieran una presentación judicial y una guarda pre-adoptiva” que la justicia no rechazó.

“La presentación fue por el vínculo que se creó, hace dos años que convive con nosotros. Si me preguntás si quiero adoptar te digo que no, yo ya soy papá, pero cuando ellos te adoptan, cuando ellos te dicen papá, cuando ellos se golpean y te miran a los ojos, ya te adoptaron”, expresó Sergio.

El Estado creó el vínculo, ahora lo reprimen…

Este jueves por la mañana, Cristina y Sergio tuvieron que presentarse en la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia y “entregar” a su hijo. Eso, luego de que la representante legal del Área de Municipios y Comunas de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia les notificara que “se habían salido del sistema de Familias Solidarias” haciendo esa presentación. “Intentamos hablar muchas veces con el ministro de Desarrollo Social, para explicarle el por qué, pero nunca nos atendió”, remarcó Gigliotti.

“Hasta noviembre nosotros teníamos contacto constante con ellos, cuando son notificados sobre nuestra presentación, el 26 de diciembre, previo aviso llegaron a nuestro domicilio. Comenzaron a hablar con el nene, como si fuera un adulto y le dijieron: `venimos a habar con vos, tu mamá (biológica), tuvo un bebé y vas a conocerlo`. Esto generó en él una gran problemática y una secuela que fuimos  viendo después”, relató Sergio y añadió: “Así empezó toda la primer vinculación, en la secretaria donde afortunadamente nos dejaron participar. Pero la segunda vez ya no y a lo último no quería ir, se agarraba de nosotros y lloraba”.

“Cuando le preguntan quién es su papá me señala, el nos eligió como sus padres”

 Ahora, las respuestas de la Secretaría, -responsables de que se haya vencido el plazo-  refieren a “inconvenientes para las notificaciones y en la ubicación del niño”, señaló la familia.

“Un niño que al año tuvo el desprendimiento de su mamá, luego de dos años, ese estado que generó ese vínculo realiza el segundo desprendimiento y lo entrega a otra familia para que arranque de nuevo, que siquiera es su familia definitiva y después otra más. Es incomprensible”, sentenció Sergio.

El nene, que ya va a un jardín, va un club, tienen sus amiguitos, festeja sus cumpleaños, tiene atención médica y que por sobre todas las cosas es feliz, depende de la decisión de un juez con la potestad de un Estado que según denuncian Sergio y Cristina, en vez de “velar por sus derechos, lo hacen sufrir”.

“A nosotros nos duele muchísimo, pero nosotros somos grandes, ya tenemos nuestra vida hecha y el dolor en algún momento va a pasar, pero a él le duele mas y para nosotros ese es el mayor sufrimiento. El tiene derecho a ser feliz, a estar en una familia que él eligió y él nos eligió. Ahí dijimos, el es nuestro hijo”, concluyó Sergio.

La provincia de Santa Fe cuenta con unas  2000 familias adoptantes. Durante el 2017, la cantidad de niños, niñas y adolescentes institucionalizados pasaron de 400 a 1200.

El nuevo Código Civil obliga a jueces declarar su adaptabilidad en un plazo máximo de 180 días, pero estos plazos jamás se cumplen.