Por Belén Corvalán

Cada 48 horas un menor muere ahogado en la Argentina, según datos oficiales establecidos desde el Ministerio de Salud de la Nación. Una problemática con cifras verdaderamente alarmantes que se destapan e intensifican con mayor regularidad durante la temporada de pileta. Un ínfimo descuido que culmina en una de las mayores tragedias: el ahogamiento en niños de 1 a 6 años, que clasifica entre la primera y segunda causa de muerte accidental a nivel mundial.

Infant Sweaming Resource (ISR) es una técnica de autorescate acuático, con más de 51 años aplicándose alrededor del mundo, que nace como una herramienta más con la que bebes y niños pueden contar en caso de caer en forma accidental al agua. En Argentina únicamente hay diez instructores capacitados para enseñarlo, una de ellas es Natalia Caramellino. En diálogo con Conclusión, expresa: “Hay muchísimos casos de niños que usaron lo que aprendieron para salvarse. Hacemos hincapié que nada va a hacer un nene a prueba de agua, pero es una herramienta importantísima que está comprobado que los nenes usan, aunque tampoco garantiza nada”.

Este método estadounidense puede ser enseñado en bebes a partir de los seis meses hasta los seis años. La forma en que el menor lo aprende es a través de la interacción y del control de respiración que se le indica, “Vamos guiando y orientando para que el nene entiende que de espaldas y flotando puede respirar y descansar”, menciona la instructora. En el caso de los bebes menores de 1 año se les enseña que al ingresar al agua tiene que cerrar la boca, abrir los ojos y girar a flotar “como haciendo la planchita”, en cambio, después del año aprenden a nadar por debajo del agua con los ojos abiertos hasta llegar al borde o escalera más cercana. “La idea es que aprenden a distinguir los niveles de agua y a mejorar su postura física para que el agua este lo más lejos posible de su nariz”, cuenta.

Las clases son diarias e individuales y constan de una duración de 10 minutos, que se desarrollan durante un período de entre seis y ocho semanas. “Nos permite trabajar en el 100% del niño antes de que se canse, ya que su reserva es menor”, explica Natalia, en referencia al tiempo estipulado que dura la clase, y añade: “Nunca llegan a la fatiga física. Hacemos controles de vasoconstricción. Además hay un montón de protocolos de seguridad”.

 

Sin embargo, más allá de la eficiencia del método, Natalia destaca que esta técnica no deja de ser una herramienta más, por lo tanto es importante tener en cuenta las medidas preventivas, “Cuantas más barreras haya entre el objeto y el sujeto más probabilidades hay de prevenirlo”, explica, y añade: “Tener una pileta sin cerco es más peligroso que tener un arma cargada en un cajón”.

Medidas preventivas  

  • Supervisión: Siempre que haya un niño alrededor o dentro del agua, tiene que haber un adulto mirándolo de manera directa y constante. “No podes mirar al costado porque es un accidente que ocurre en segundos que no nos da margen para el error”, destaca Natalia. Un bebe se puede ahogar en 15 cm de agua.

 

  •  Cerco perimetral: Todo cuerpo de agua tiene que tener una barrera física para impedir el acceso del niño. Se recomienda que tenga al menos 1 metro 20 de alto con barrotes verticales, no horizontales porque se pueden trepar, y puerta de acceso con un sistema que trabe solo.

 

  • Autorescate: llevar al niño a clases para que aprenda las habilidades que puede desarrollar si se cae al agua en forma accidental.

 

Consejos de Seguridad

-Supervisión Visual Constante

-Cerco permanente con sistema de puerta cierra sola

-Lleve a su hijo a clases de supervivencia acuática

-Guarde los juguetes

-Mantenga el nivel del agua en el máximo posible

-Oriente los jets hacia la parte más playa o los escalones

-Alarmas de pileta y puertas de acceso al jardín

-Tenga siempre un teléfono cerca de la pileta

-Flotadores

-Chalecos salvavidas

-Agua limpia durante el invierno

-Borde adicional al nivel del agua

-Supervisión segmentada

-Mantenga todas las ventanas y puertas de su hogar con acceso a la pileta cerradas y con trabas que su hijo no sepa accionar