Por Alejandro Maidana

Nunca tuvo una buena relación con su padre, su temperamento y malos tratos habían socavado un sentimiento que no se compra, el amor. Como adolescente sólo tuvo un sueño, el de la autonomía, para poder abrazar esa independencia que la separase del dolor.

Ovidio Marcelo Olazagoitia, apodado «El Vasco», fue un integrante activo de la patota de Feced. Sobre él pesa una condena  de 18 años de prisión por privación ilegítima de la libertad y torturas contra seis personas, hoy goza de prisión domiciliaria producto de su edad (82 años) y su deterioro físico.

“Sufrí mucho a mi papá desde niña, su tiranía nos acobardaba, si bien jamás dejé de interpelarlo, la vida se hizo muy cuesta arriba”, dijo Luz Olazagoitía a Conclusión TV.

Enterarse del pasado oscuro de su padre, no fue un gran impacto para ella, “recuerdo ese día cada instante, estaba trabajando y me llama mi hermano diciendo que habían ingresado a casa policías encapuchados que se llevaron detenido a mi papá. Debo admitir que no me sorprendió, sus pensamientos y actitudes siempre fueron fascistas, de extrema derecha”, sostuvo.

Haciéndose carne del dolor y la resistencia, Luz pasa sus días militando en Causa, una organización social y política que integra el Frente Social y Popular. “En lo que respecta a la militancia, esta noticia no modificó nada, sólo reafirmó la idea de que este es el camino que debo transitar. Romper con lazos familiares enfermos no es nada fácil, pero si pretendemos transformar nuestras vidas, es premisa fundamental”.