Las autoridades indonesias decretaron la alerta máxima este lunes en la isla de Bali, donde decidieron evacuar a 100.000 personas amenazadas por el riesgo de erupción del volcán Agung, que lleva días rugiendo y liberando una humareda gris.

«Se subió el nivel de alerta por el volcán al máximo», declaró el lunes por la mañana un alto responsable del centro nacional de vulcanología de Indonesia, Gede Suandika. «Se han sentido temblores permanentes», agregó.

Unas 40.000 personas instaladas cerca del volcán ya abandonaron sus viviendas y otras 60.000 tendrán que hacer lo mismo, estimó por su lado la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.

«Hemos ampliado la zona de exclusión y el número de personas que serán evacuadas aumentará, pero todavía no tenemos las últimas cifras», había dicho Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de dicha agencia.

«Lo más importante es seguir nuestras instrucciones y mantener la calma», añadió. El Monte Agung, cuya última erupción en 1963 causó 1.600 muertos, expulsaba el lunes por la mañana una humareda gris que ascendía más de 3.000 metros.

La zona de exclusión alrededor del volcán, situado a 75 km de la estación turística de Kuta, fue ampliada a 10 kilómetros a la redonda y se instó a las personas que residen dentro de la misma a evacuarla.

«Las proyecciones continuas de ceniza a veces están acompañadas de erupciones explosivas y un débil estruendo sonoro», indicó en Facebook la Agencia Nacional de Gestión de Desastres. «Los destellos del fuego son cada vez más visibles durante la noche. Esto indica que están reunidas las condiciones para una erupción más fuerte inminente», agregó.