«Dentro de contextos nacionales, la apertura y la disponibilidad del encuentro son esenciales. Pienso especialmente en la querida Venezuela, que está atravesando una crisis política y humanitaria cada vez más dramática y sin precedentes», dijo el pontífice al pronunciar el saludo de inicio de año al cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano.

«La Santa Sede, mientras que exhorta a responder sin demora a las necesidades primarias de la población, desea que se creen las condiciones para que las elecciones previstas durante el año en curso logren dar inicio a la solución de los conflictos existentes, y se pueda mirar al futuro con renovada serenidad», agregó Jorge Bergoglio en su mensaje de casi una hora en la sala Regia del Palacio Apostólico vaticano.

El pedido del papa argentino se da luego de los intentos de la diplomacia vaticana por actuar como «facilitadora del diálogo» entre el gobierno y la oposición de Venezuela a fines de 2016, una iniciativa que «no caminó», según reconoció el propio pontífice en declaraciones a periodistas en abril pasado.

En septiembre de 2017, en ocasión de su viaje apostólico a Colombia, Francisco se refirió tres veces al conflicto venezolano, en un in crescendo en el que inició pidiendo una «oración por la estabilidad y el diálogo» hasta la convocatoria a la ONU para que intervenga ante el «problema humanitario».

«Creo que las Naciones Unidas deben hacerse sentir allí para ayudar. Creo que la Santa Sede ha hablado fuerte y claramente», aseveró Bergoglio entonces luego de, en un hecho inusual para la diplomacia vaticana, haber pedido por Venezuela durante una de sus oraciones en Colombia.