La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó hoy que fueron 212 los muertos en Nicaragua durante las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y aseguró que la policía y grupos paramilitares han desarrollado un patrón de violencia contra los manifestantes, en un informe rechazado enfáticamente por la administración nicaragaüence.

La cifra de muertos la dio la relatora especial para Nicaragua, Antonia Urrejola, en un consejo permanente extraordinario de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington sobre la crisis en el país centroamericano.

Urrejola y el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, presentaron allí el informe final sobre la visita que realizaron del 17 al 21 de mayo a Nicaragua para investigar la violencia. informó la agencia DPA.

Al consejo permanente extraordinario asistió el ministro de Exteriores nicaragüense, Denis Moncada.
La relatora especial expresó la «consternación» de la CIDH por las 212 «personas asesinadas» contabilizadas hasta el 19 de junio y aseguró que en su mayoría se trata de jóvenes.

Llamó al Estado nicaragüense a tomar medidas para impedir el uso de la fuerza letal para disolver manifestaciones.

«Grupos paramilitares y terceros armados, actuando con la policía, han puesto en marcha una respuesta para disuadir la participación social de los manifestantes», dijo Urrejola.

El informe, de 97 páginas, habla de una «violencia estatal» que «ha estado dirigida a disuadir la participación en las manifestaciones».  Luego de difundida la nueva cifra de muertos, se guardó un minuto de silencio en memoria de la víctimas en el país centroamericano.

Las protestas contra Ortega comenzaron el 18 de abril, tras la aprobación por decreto de una reforma de la seguridad social, luego derogada.

Apenas conocido el informe el gobierno de Ortega rechazó a través de su canciller, Denis Moncada, el informe de la CIDH y lo calificó de «subjetivo, prejuiciado y notablemente parcializado»,
«No es política de Estado la represión de protestas sociales y menos el uso represivo y arbitrario de la fuerza», aseguró. «Rechazamos las recurrentes e infundadas afirmaciones sobre denuncias hechas contra el Estado de Nicaragua y, en particular, de la policía nacional, a la que alude el informe», añadió.

En un clima de tensión por la continuidad de las protestas, el Gobierno de Ortega cursó esta semana, previo a la difusión de este informe, una nueva invitación para que la CIDH vuelva al país.

En principio la misión de la ONU llegará la semana que viene a Nicaragua, según avanzaron Abrao y Urrejola hoy, y el 3 de julio lo hará el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), un mecanismo de investigación internacional para el que la OEA y la CIDH obtuvieron la anuencia del Gobierno de Ortega.

La CIDH, un órgano autónomo de la OEA, se encarga de velar por el respeto a los derechos humanos en el continente americano. Desde su visita a Nicaragua, la violencia se ha recrudecido, algo condenado hoy por la Comisión a través de Urrejola.

Este jueves, el nuncio apostólico consiguió un alto el fuego en Masaya, la ciudad a 25 kilómetros de Managua que se ha convertido en bastión y símbolo de la oposición a Ortega y que sufre especialmente la violencia de grupos afines al Gobierno y de las fuerzas policiales.

Con la presentación del informe de la CIDH, el consejo permanente de la OEA abordó hoy por primera vez la situación en el país centroamericano.