La final del mundial de fútbol tuvo la inesperada aparición de la organización Pussy Riot en el campo de juego. Frente a Vladimir Putin en las gradas, y a todas las cámaras del mundo, la seguridad del país fue violada por cuatro activistas disfrazados. Pero ¿qué hay detrás de la protesta?

La banda punk y grupo político Pussy Riot, interrumpió durante unos minutos el juego deportivo más importante del planeta, la final de la copa mundial Fifa. Por unos segundos, los lentes de todos los medios capturaron los instantes en los que cuatro miembros del colectivo eran detenidos y arrastrados por fuera del campo deportivo. La adrenalina del partido que disputaban Francia y Croacia, se cortó de cuajo y una escena surreal modificó el show que veían al menos 1.000 millones de aficionados por la televisión. ¿Los motivos?

Según el grupo de activistas, entre las causas de la protesta se encuentran el reclamo abierto por la libertad de presos políticos en Rusia, exigir el fin de los apremios ilegales en las protestas públicas, y pedir por la libertad de competencia política en el sistema electoral ruso, donde el grupo afirma no se respeta el estado de derecho ni la competencia real. En las gradas, un aficionado muy particular miraba con la sien rígida lo que ocurría. Vladimir Putin, quizá uno de los presidentes que más trayectoria posee en los servicios de inteligencia, veía cómo se violaba la seguridad del gigante ruso con cuatro disfraces y un poco de originalidad.

Detrás de los pedidos de libertad de Pussy Riot, se encuentran reivindicaciones de derechos humanos y libertades civiles. La agrupación reclama la libertad del cineasta ucraniano Oleg Sentsov, que acaba de iniciar una huelga de hambre desde su prisión en Siberia. Se acusa al Kremlin de crear imputaciones falsas contra el artista, acusándolo de “complot terrorista”, condenándolo a 20 años de prisión por su participación en las protestas contra el partido de Putin en territorio ucraniano; como también, por su oposición a la anexión -de facto- de la península de Crimea a la federación rusa en 2014, en un acto unilateral de Putin contra el gobierno de Kiev.

La liberación de Sentsov es reclamada desde la Unión Europea, que fue uno de los actores claves en la crisis de Ucrania. Uno de sus impulsores es el presidente francés Emmanuel Macron, que oficiaba de invitado ceremonial en el estadio Luzhniki de Moscú mientras sucedían los hechos de protesta. La prensa francesa especuló los últimos cinco días si el presidente Macron incorporaría en su agenda en Rusia el pedido de liberación de Sentsov. Después de los sucesos en el estadio, la cuestión de los presos políticos estará en la agenda bilateral de ambos mandatarios (o al menos en uno de ellos).

Las integrantes del grupo Pussy Riot fueron liberadas de prisión por cargos de incitación al odio religioso, después de que se manifestaran con pasamontañas en una iglesia rusa contra los vínculos de la iglesia ortodoxa (religión oficial de Rusia) y el mandatario Vladimir Putin. En libertad, sus dirigentes emprendieron distintas acciones de condena contra el gobierno ruso, pero ninguno de la magnitud de la reciente final de fútbol. En el momento en que se publica este artículo, los cuatro militantes que invadieron el campo de fútbol se encuentran incomunicados y detenidos en una delegación policial. La agrupación publicó en las redes sociales, que las autoridades policiales negaron que los arrestados tuvieran contacto con el abogado de la organización. Concluido el show más popular del mundo, el fútbol dará paso nuevamente al juego de la política internacional.

*Licenciado en Relaciones Internacionales y Director del Consejo de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos www.CEIEP.org

Fotografía Pussy Riot®