Los funcionarios franceses saldrán a las calles este martes en toda Francia, por tercera vez desde la llegada al poder de Emmanuel Macron, para mostrar su descontento por los planes del gobierno de reducir personal en las administraciones y congelar salarios.

Todos los sindicatos que representan a los funcionarios públicos han respaldado la huelga del martes, una rara muestra de unidad que se vio por última vez hace 10 años.

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El paro, que afectaba a las escuelas primarias y secundarias, a las guarderías públicas, al transporte aéreo y al sector energético, es el tercero desde la elección de Macron en mayo de 2017.

Se prevé entre 130 a 140 manifestaciones en todo el país. En París, el cortejo de manifestantes saldrá a las 14H00 locales (12H00 GMT) de la céntrica plaza de la República.

Empleados ferroviarios, que mantienen un pulso con Macron desde hace varias semanas contra una reforma del sector, se unirán al desfile.

Macron ha emprendido una serie de reformas que incluye un plan para la supresión de 120.000 puestos de trabajo en la función pública, con el objetivo de recortar el gasto estatal.

Los ferroviarios protestan por su parte contra un proyecto de reforma de la compañía nacional SNCF que incluye el fin de su estatuto laboral especial, ventajoso respecto al régimen general de los trabajadores, sobre todo en cuanto a la jubilación.

Según un sondeo divulgado el martes, una mayoría de franceses (49%) desaprueba esta nueva jornada de movilización de los funcionarios.

La última jornada de movilización de los funcionarios franceses, el 22 de marzo, había congregado a 323.000 personas, según el ministerio del Interior, 500.000 según la CGT, el mayor sindicato en el sector público.