El tribunal de distrito de la ciudad alemana de Friburgo logró quebrar la contraseña de un iPhone y utilizó una aplicación que registra los esfuerzos físicos como evidencia crucial en un juicio por el asesinato de una joven estudiante de medicina cometido en octubre de 2016.

El sospechoso, identificado por un cabello encontrado en la escena del crimen, se negó a proporcionar a la policía el código PIN en su teléfono, por lo que los agentes «recurrieron a una firma cibernética forense no identificada en Munich, que irrumpió en el dispositivo».

Haber roto la seguridad del smartphone permitió a los investigadores acceder a la aplicación Apple’s Health que registra la actividad física, incluidos cuántos pasos se dan y la frecuencia cardíaca.

Además de localizar los movimientos, también sugiere períodos de actividad extenuante, incluidos picos, que la aplicación atribuye a «subir escaleras».

Un investigador de complexión similar al sospechoso fue al área donde se encontró el cuerpo y recreó la escena del crimen, logrando que la aplicación mostrara su actividad como una subida de escaleras.

Los datos que sugieren que el sospechoso estaba subiendo las escaleras durante el período que se investiga se pueden correlacionar con arrastrar a la víctima a la orilla del río y volver a subir, sostuvo la policía.

La víctima, Maria Ladenburger, había sido violada y ahogada en el río Dresiam. «Por primera vez, correlacionamos la salud y los datos geográficos», dijo el jefe de policía Peter Egetemaier al tribunal.

El acusado aceptó su culpabilidad pero, por ser un inmigrante, aun se debate su edad real ya que si es menor de 18 años recibirá una pena de 10 años y si es mayor, puede llegar a 30.