Por Guido Brunet

Desde hacía unos días había una especie de run run en el aire, el rumor de que Páez daría un recital en la ciudad se instaló unas 24 horas antes. Y los comentarios se confirmaron cuando, este jueves, los acordes de Aleluya al Sol -su nuevo tema- empezaron a sonar en la plaza San Martín.

Desde hace aproximadamente un mes que se conoce que el nuevo material de Páez, «La Ciudad Liberada», saldrá este viernes a la venta. Y el corte de difusión ya sonaba en las radios de todo el país. Pero lo que se comenzó a rumorear días antes es que el músico haría una presentación gratuita en la ciudad.

Un escenario irrumpió sorpresivamente en la esquina de Córdoba y Dorrego el martes con total hermetismo y recién el miércoles por la noche la versión de que Páez se subiría a esa estructura comenzó a tomar mas fuerza.

Es por eso que muchos fanáticos se acercaron al lugar, aun sin tener la certeza de cuál sería el show esa tarde-noche. De esta manera, la plaza comenzó a poblarse durante las horas previas, para, con termo y mate en mano, aguardar pacientes el espectáculo. De a poco, unas 20 mil personas colmaron el parque.

Pocos minutos después de las 19, Páez salió con su banda y confirmó todas las sospechas, presentando en sociedad uno de los temas de su nuevo álbum. Inmediatamente siguieron Tu vida Mi Vida y La Ciudad Liberada. A lo que continuaron los clásicos, esos que conocen todos, sin importar edad o gusto musical, como Circo Beat, Tema de Piluso, El amor después del amor, Brillante sobre el Mic, Ciudad de Pobres Corazones, A rodar mi vida y Mariposa Tecknicolor.

La cita rememoró aquel concierto de 2006 en la misma plaza, que también reunió unas 20 mil personas que donaron alimentos como única entrada y con el Libertador San Martín de fondo, pero esta vez fue para presentar su Ciudad Liberada.

Hoy, Fito volvió a la plaza, ahí a dos cuadras de su casa, porque la casa de la infancia nunca deja de ser la casa de uno y dio un show que a pesar de ser breve, difícilmente sea olvidado por los asistentes, donde se revalidó el amor de la ciudad hacia el músico y viceversa, por si hacía falta.

Luego de unos 60 minutos y los acordes finales de Mariposa, los vecinos dejaron la plaza con la placentera sensación de haber disfrutado de Fito nuevamente, que llegó y se fue como un miembro de la familia, que no necesita llamar antes de pasar un rato a visitar su casa.