Las hermanas Cossettini cambiaron la historia de la educación y la forma de enseñar. En la ciudad, dejaron marcas y su legado perdura en varias instituciones educativas. La casa de calle Chiclana donde vivieron durante años, funciona hoy como Centro de Jubilados Amigos del Paraná donde más de 300 jubilados realizan actividades. Sin embargo, los abuelos y vecinos de la zona norte están preocupados porque el dueño de la locación no quiere renovar el contrato de alquiler para poder venderlo y así se perdería esta emblemática vivienda.

En diálogo con Conclusión, la presidenta de Amigos del Paraná, Lidia Caldini aseguró que están atravesando «un momento muy difícil».

Sentados en el patio de la casa que habitaron las docentes Olga y Leticia Cossetinni, Lidia reflexionó: «Ellas están acá presentes, en este patio, cuando se acercan los pájaros, cuando estamos rodeadas de naturaleza. Nosotros cuidamos todo esto con el mismo amor por el que le teníamos a ellas».

Además de ofrecer servicios a todos los vecinos del barrio, el centro recibe a más de 300 adultos mayores que realizan actividades. «Lo cossetiniano está siempre presente, el arte, la cultura, el canto, la música de alegría», sumó emocionada Lidia.

Y agregó: «Hay más de 18 talleres que se realizan en distintos horarios y donde los vecinos del barrio tienen además la oportunidad de concurrir a la médica de cabecera con la que cuentan».

«Cuando el ser humano tiene amor no hace falta dinero. Nosotros trabajamos por la memoria de ellas  y por la gente mayor. El problema es que nosotros estamos como inquilinos y el contrato vence en el mes de febrero; el propietario de esta locación no lo quiere renovar porque lo quiere vender por lo que vamos a estar inhibidas de estar acá. Si esto se pierde se va a perder la magia, la historia, y la posibilidad que tiene como patrimonio histórico», describió Lidia.

La presidenta del Centro sostuvo que los rosarinos «tenemos que estar felices por esta casa y luchar por ella». «No es un problema de amigos del Paraná, nosotros podremos conseguir otro lado, pero la magia se pierde y se pierde la memoria de ellas. Afortunadamente tenemos respuesta de autoridades provinciales y municipales y tenemos fe y confiamos que sus acciones lleguen a buen puerto», finalizó.

Ana Toledo, la vicepresidenta agregó que la lucha es «por conseguir que esta casa sea de Amigos del Paraná que trabaja mucho pensando en la tercera edad y en los niños también». «Todo es a favor de la enseñanza que dejaron ellas, el empuje que tenían. Nosotros nos sentimos guiadas por ellas», subrayó.

Por su parte, la secretaria Maria Elena Fuster finalizó: «Hablar de las hermanas Cossetinni me resulta muy conmovedor porque amo esta casa, porque las conocí hace muchos años. Las hermanas Cossettini eran abiertas a todo el barrio, al alumnado, a todas las personalidades que las vinieron a visitar a esta casa. Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Gabriela Mistral pasaron por esta casa. Por toda esa historia, sería una pena que esta casa se perdiera».