Por Guido Brunet

El barrio San Martín A cambia de a poco. Es que las grandes modificaciones muchas veces surgen a partir de pequeñas acciones, y un avance, por más minúsculo que parezca, puede simbolizar mucho más. Pero todo comenzó hace aproximadamente un año. A pesar de tener más de 60 años, la vecinal estuvo intervenida dos temporadas, luego de casi una década de mala administración.

Entonces, hace meses la nueva conducción de la vecinal de la zona comenzó a realizar diversas acciones para mejorar el barrio. Y dentro de este proceso, se modificó una zona neurálgica del lugar, la esquina de Piedras y España (a dos cuadras de Batlle y Ordoñez).

Conclusión dialogó con Juan Pablo Mancini, presidente de la vecinal de barrio San Martín A, quien contó que «le apostamos a todos los proyectos que había en la zona, eso generó más participación de la gente del lugar». E hizo hincapié en la importancia de los jóvenes. «Hay que apostarle a seguir mejorando todo lo que tenga que ver con la inclusión de los jóvenes», sostuvo.

En la vecinal se realizan diferentes actividades. Allí funciona un centro de salud municipal y uno propio con diferentes prestaciones. En sus instalaciones se atiende consultas clínicas, cardiológicas y dermatológicas. Además, hay un gabinete psicopedagógico, donde los profesionales trabajan con chicos de la zona. Mancini explica que el centro se financia con un aporte mensual de 20 pesos de los socios y un arancel mínimo para las consultas.

Clases de danza, zumba, artes marciales, tango, talleres de tejido y pintura para adultos son algunas de las actividades que lleva a cabo la institución. Además de la refundación de la biblioteca del centro. También en sus instalaciones la comparsa Rosario Do Samba dicta clases. El grupo es el ganador de los carnavales 2016 de Rosario y cuenta con más de 80 integrantes.

A todo esto se le debe sumar el proyecto provincial y municipal Nueva Oportunidad, en el que se dictan clases de gastronomía. “Esto le da una salida laboral rápida a los chicos”, destaca Juan Pablo.

El centro barrial cuenta con más de 60 años de historia, pero en los últimos años fue intervenida por la Fiscalía de Estado y Dirección de Vecinales. La decisión se debió a que la institución no contaba con la autorización necesaria para funcionar, situación que venía arrastrando desde 2007 producto de la mala administración de aquel momento.

Fue entonces que los habitantes del lugar se unieron para conformar «Vecinos organizados» y presentarse a elecciones. En abril vencieron en los comicios a la comisión de ese entonces y comenzaron a trabajar en poner en marcha administrativamente el organismo y realizar eventos para recaudar fondos. Ya que, según cuenta el actual presidente de la vecinal, «recibimos una institución quebrada y sin fondos».

El basural, un símbolo de recuperación

En esa intersección hace muchos años se emplazaba un basural, pero con el trabajo de los vecinos se pudo convertir en un espacio recuperado para la realización de actividades al aire libre. Entonces se comenzó a trabajar en liberar el terreno de residuos acumulados y embellecer el espacio para que pueda ser utilizado por todos los vecinos. De esta forma, la fisionomía del lugar cambió, y mucho.

El presidente de la vecinal cuenta que hace tiempo venían trabajando junto con el Distrito Sudoeste para erradicar el basural. Pero “una de las formas que encontramos para que esta acción sea efectiva era la posibilidad de hacer que la gente se apropie del espacio para que se sienta involucrada y lo pueda cuidar”.

“La limpieza se hacía, pero pasaba una semana y la misma gente de la zona tiraba la basura allí, entonces no se mantenía”, detalla el presidente de la vecinal. A la vez, agrega que en el lugar hay un desagüe de la empresa propietaria del mural que «está mal puesto, lo que suma a la suciedad del lugar».

El paredón pertenece Sur Gas, una empresa de garrafas. “Ellos no se hicieron cargo del mantenimiento del lugar, creo que hicieron algo alguna vez, pero muy poco”, comenta Mancini. Aunque igualmente destaca la buena predisposición de la compañía: “Hay voluntad de la empresa de poder colaborar, lo que pasa es que es difícil poder articular los tiempos de la empresa con las necesidades de la vecinal”.

Entonces, junto con los vecinos se empezó con el plan de recuperación del espacio, para lo que se dio inicio a la limpieza de la zona. Este proceso de saneamiento del área demandó un total de un mes de trabajo.

El día que se terminó se hizo una actividad junto con personas del Distrito Sudoeste y se pintó el mural, que fue realizado por alumnos de la escuela, quienes asistían al taller de muralismo de la escuela Paul Harris, ubicada a dos cuadras del lugar. Y este año se va a pintar lo que resta del paredón. “La idea es empezar a llenar de actividades a ese espacio para darle identidad al lugar”, proyecta Juan Pablo, y adelanta que la segunda etapa será la de plantación de árboles.

“La idea es empezar a llenar de actividades a ese espacio para darle identidad al lugar”

Además de la indispensable participación de la vecinal, habitantes del lugar y la escuela, los trabajos de acondicionamiento del lugar incluyeron la intervención del la Dirección de Higiene Urbana, el Área de Servicios Urbanos del Distrito Sudoeste y la coordinación de la Dirección de Educación Ambiental.

Durante 2016 se lograron recuperar 7.500 metros cuadrados de espacio público, informó la Municipalidad. En total, fueron 39 los puntos que se lograron limpiar, de los que se retiraron 1.762 metros cúbicos de basura.

 

Las principales necesidades del barrio

En cuanto a las urgencias que posee el barrio, el presidente de la vecinal hizo hincapié en la intervención de los habitantes del lugar. “Yo siempre pongo el eje en el tema de la participación. Yo creo que ese es el camino para que el barrio mejore en cuestiones edilicias, seguridad, cultura. Hay muchas necesidades, terminar las calles, colocar cunetas, zanjeo, bacheo, que son estructurales, que no se logra si no hay organización por parte de los vecinos, y no se logra si uno no fortalece las instituciones», establece Mancini.

«Si hay una participación de parte de todos los actores del barrio, estos caminos se van allanando más rápido. La representatividad es lo que te da a vos la posibilidad de plantarte ante quien corresponda y decirle qué es lo que está faltando. Esto pasa en todos los barrios”, comenta Mancini.

Por otra parte, Mancini insiste en la inclusión de los chicos y competa: “Hay que apostarle a seguir mejorando todo lo que tenga que ver con la inclusión de los jóvenes. Hay clubes que necesitan más apoyo. Nosotros podemos hacer un trabajo de inclusión juvenil, pero no es lo mismo que un club, porque por ejemplo, nosotros no tenemos cancha de fútbol”.

«Las mejoras no se logran sin la participación de los vecinos»

Es que, desde que llegó esta comisión directiva, explica Mancini, se puso énfasis en generar actividades que vinculen a las asociaciones de la zona (escuelas y centros comunitarios) con la vecinal, lo que permitió que el centro sea apropiado por la gente.

Sin embargo, para el presidente de la vecinal uno de los puntos positivos del barrio, y también una diferencia con lo que ocurría años atrás es la mayor participación juvenil. “Notamos más participación de los jóvenes en la vecinal porque le apostamos a todos los proyectos que había en la zona, nosotros los empezamos a nuclear y a darles un lugar, con todas nuestras limitaciones”, remarca Juan Pablo.

Es así que dentro de todos los cambios que realizó la vecinal se puede decir que la recuperación de aquella esquina de España y Piedras es el símbolo de la recuperación de la identidad de un barrio y la participación de sus vecinos para modificar, aunque sea en pequeñas cuestiones, la fisionomía y el clima de un barrio.

Rosario Do Samba, la intimidad de una comparsa que no para de crecer