Por Jorge Alberto Ripani *

Atento que la siguiente es una descripción de forma sobre la principal fuerza de oposición aquí y ahora, del fondo sólo diremos esto: el justicialismo se define en su verdad nº 14 como “una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”. Asume tres banderas históricas: soberanía política, independencia económica y justicia social. Tiene las “Veinte Verdades”, donde se lee «no hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología, somos lo que las veinte verdades peronistas dicen». También están los libros de su conductor político e intelectual: Perón. Fundamentalmente “la Comunidad Organizada” y el “Manual de Conducción Política”. Es un pensamiento situado universal (a contrario sensu: no es el progresismo ni el conservadurismo europeo o norteamericano). Y asume las nociones de continentalismo y tercera posición.

Como si estos conceptos estratégicos fueran poco, J. W. Cooke le escribió a Perón “Cuando Ud. no esté, ¿qué significará ser peronista? Cada uno dará una respuesta propia y esas respuestas no nos unirán, sino que nos separarán… no nos saludaremos como caballeros medievales sino que nos degollaremos como corresponde a enemigos irreconciliables.” Algo de esto está pasando hoy. Pero es posible que no sea por lo que dice J. W. Cooke, sino por otros dos obstáculos.

Uno lo apuntábamos en la columna del 2/9/17. A nivel gobernadores, para el justicialismo es más difícil que para Cambiemos, mostrar unidad en esta elección de medio término ya que le falta la chequera nacional, viene de perder la nación y la gobernación de Buenos Aires en 2015 y faltaba saber qué pasaría con la polarización. En 2019 será otra historia, pues los candidatos a legisladores nacionales por las provincias, compartirán boleta con un candidato presidencial y necesitarán de alguien que les traccione votos. A nivel intendentes de Buenos Aires, esa tarea se le está facilitando a Cristina. Primero porque las encuestas le daban una imagen más alta que al resto y ahora porque se supo que la polarización esmeriló al Frente Renovador y a Cumplir.

El otro lo ensayó Julio Burdman bajo el título “La oposición imposible”. Señala que “la única forma de que surja un liderazgo peronista unificador sería el advenimiento de un líder revolucionario. Es decir, de alguien que se levante contra las reglas del régimen político… Tenemos una sociedad democrática, un régimen presidencialista, y un federalismo más político que económico -las provincias no son, en los hechos, tan autónomas del gobierno nacional… La Constitución de 1994 movió toda la maquinaria, y algunas de las cosas que hizo fueron para peor. Antes estábamos más felices: el Presidente duraba seis años, los gobernadores cuatro, y se elegían en años diferentes… Y en la mayoría de las provincias hay una reelección consecutiva, tal como ocurre con la presidencia. El 10 de diciembre de 2015 comenzó el mandato de Mauricio Macri, y también el de Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan) y otros peronistas. Todos aspiran, como Mauricio, a quedarse ocho años… dependen de tener una buena relación con la Casa Rosada. De ella depende que puedan gobernar por ocho años. No piensan en hacer una “oposición firme”… En todo caso, el rol que podrán tener en una renovación del peronismo a nivel nacional será después que terminen sus ciclos. Sólo piensan en 2019 aquellos que ya cumplieron sus ciclos de gestión. Como Urtubey, que ya no tiene reelección, o Massa. O una Cristina Kirchner, aún joven, quien busca volver al llano para poder volver.

Escribimos la semana pasada que dentro de la oposición justicialista, se impuso notoriamente el kircherismo sobre los que querían ser oposición al actual presidente, atacando a la ex presidenta. Que este espacio por no ser gobierno está muy desordenado. Que Massa salió tercero en su propia ciudad, tuvo un retroceso gigantesco en legisladores y deberá interrumpir sus pretensiones presidenciales. Urtubey lo mismo. Perdió con Cambiemos y prácticamente empató con el kirchnerismo que tuvo un inesperado crecimiento en Salta. El kirchnerismo, hasta ganó en la provincia de Miguel Pichetto. La ex presidenta, derrotada por Bullrich dijo que “El resto de las fuerzas opositoras no ha resistido el avance del oficialismo y nosotros sí, hemos crecido. Solo Unidad Ciudadana ha crecido”. Es cierto. Ponía en juego 10 bancas y obtuvo 13. También consiguió bancas propias en las gobernaciones que más la enfrentaron dentro del peronismo. Facundo Moyano había dicho luego de las PASO que “Cristina es la candidata que dentro del peronismo más voto sacó”. Esto se incrementó. Según el escrutinio provisorio, Cristina obtiene 3.348.210 votos, mientras que Massa 1.019.090, Randazzo que queda debajo de la izquierda 481.533, Urtubey 162.940 y Schiaretti en Córdoba 622.321. CFK alcanza más de un millón de votos que todos ellos juntos.

Y aclaramos párrafo aparte que no son estas dos, las únicas opciones internas. En el medio, aparece un tercer peronismo que tiene buena relación con los perdedores y reconoce la obra de Nestor Kircnher y su señora, sustentado mayormente por Gildo Insfran, el más votado con un 63 %, recuperando también la capital de Formosa donde había sido derrotado en las PASO y los hermanos Rodriguez Saa que se redimieron de la sorpresiva derrota en las primarias, resistieron la visita del porteño Jorge Lanata y alcanzaron un 55 %.

En Tucumán, Manzur que fue Ministro de Cristina Fernandez hasta 2015, desde allí construyó su candidatura a gobernador y fue acusado por los medios de Buenos Aires de fraude, conoce todo esto. Luego la victoria del 22/10 declaró “Hay que esperar, hay que ver si Dios nos da salud, faltan dos años todavía. Con Osvaldo Jaldo vamos a seguir trabajando para los tucumanos.” Se percibe que posiblemente aspira a la reelección. Así le pegó a la principal oposición a Macri: “Cristina Kirchner es un ciclo político que está concluido” y luego coincidió con el proyecto de flexibilización del derecho del trabajo que pide el gobierno nacional.

El sanjuanino Uñac, el otro de los opositores moderados que triunfó, ya dijo que «llevo recién un año y medio de gobernador sería desatinado una aventura nacional». Es que presentarse a presidente, podría dejarle la provincia servida a Gioja, el ex gobernador y actual presidente del PJ nacional.

En Río Negro, Pichetto está totalmente apartado por el gigantesco triunfo de los Soria. Martín, intendente de General Roca y Emilia, reelecta como diputada por un contundente 50 % a 30 %, en una elección donde Weretilneck, el vicegobernador que asumió tras la muerte de Soria padre, retiró sorprendentemente luego de las PASO, la lista para que el Frente Para la Victoria no duplicara a Cambiemos y se llevara todos los diputados. Martín dijo: «Vamos a regresar al gobierno dentro de un año y medio». Están pensando en la gobernación. María Emilia dijo: “Las banderas que levantó Perón y Eva, son las mismas que levantó Néstor y Cristina”; “Pichetto es más oficialista que opositor” y lo consideró un “oportunista”. Y sobre el desafuero al diputado De Vido apuntó a una “puesta en escena” que montó el gobierno para “distraer al pueblo del ajuste que se viene”.

Sin embargo los medios de Buenos Aires, dan más espacio y tiempo a la campana de Pichetto. Éste apoyó las reformas laborales propuestas por el gobierno, “compartimos los conceptos generales”. Se mostró zigzagueante acerca de la posibilidad de que Cristina Fernández ingrese al bloque de Senadores que él preside y hace poco llegó a decir que “es probable que el peronismo siga en el llano, como el PRI en México, que tardó 12 años en volver al poder”. Es cierto que atraviesa una crisis de conducción. Suena raro que tarde 12 años en volver al poder. Como mucho ocho. Sobre el ingreso de CFK al Senado dijo: “No veo que la voluntad popular pueda ser vulnerada” y que «Cristina debió haberse preservado para la carrera presidencial». La derrota de CFK a manos de Bullrich-Vidal, algo de razón le otorga. La imagen que se intenta imponer de Pichetto, es como la de un superpoderoso dentro del justicialismo que ataca a la ex presidenta pero ni es un superpoderoso por lo visto en su provincia, ni la ataca tanto. Es el Jefe de Bloque del Partido Justicialista en el Senado y marca diferencias. Nada más. Nada menos. Para que este bloque siga siendo el de mayores integrantes y mantener los derechos parlamentarios que ello otorga, deberá acordar el ingreso de CFK y sus aliados. Por lo pronto, Cristina Fernandez, no polemiza con él ni con ningún otro justicialista.

Salta. De la derrota de Urtubey ya hablamos. Sólo agregar que hay rumores de que se podría pasar a Cambiemos. Eso podría ser razonable, puesto que si continúa golpeando al kirchnerismo, este espacio podría pasarlo y dejarlo en el tercer lugar en el marco de la creciente polarización. Yendo con Cambiemos, tiene la victoria asegurada.

De provincia de Buenos Aires, sólo agregar que los votos kirchneristas aumentaron con respecto a 2013 y 2015. El presidente del PJ de Buenos Aires, candidato a diputado de Unidad Ciudadana y ex intendente de la Matanza, Fernando Espinoza dijo en C5N: “El peronismo no es uno o dos dirigentes. El peronismo es el pueblo. El peronismo es un sentimiento. Y el domingo, el pueblo de la provincia de Buenos Aires dijo “yo voto a Cristina Fernández de Kirchner””. La Matanza es el distrito electoral más importante de la provincia. Allí ganó Cristina por un montón. Un finlandés sin visualizar el carácter movimientista del peronismo, no podría entender cómo es que el presidente del PJ de Buenos Aires sea candidato en una lista que compite contra el PJ de Buenos Aires y encima diga eso. Para nosotros es comprensible. De hecho casi todos los intendentes justicialistas del conurbano bonaerense, apoyaron a Unidad Ciudadana.

Néstor Kirchner ya decía que “nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio. Nosotros somos peronistas”. Durante todo el 2016, leímos a los analistas de Buenos Aires, escribir que el kirchnerismo iba a quedar como una fuerza testimonial de izquierda de no más de 15 o 20 puntos, un “frepasito tardío” al decir del “turco” Asis y que el verdadero peronismo se iba a encolumnar detrás de la candidatura presidencial de Sergio Massa. El verdadero diario del lunes, nos muestra que nada de eso ocurrió. Massa, Randazzo, Urtubey, De la Sota-Schiaretti, Bordet, Peppo, fueron derrotados por la polarización. En lo interno Cristina ya había logrado el apoyo de casi todos los “mini gobernadores” del conurbano. Ahora suma más bancas que los gobernadores, logra la derrota de sus principales adversarios internos e incide en el rearmado del peronismo. Claro que para ella desde el llano, sin responsabilidad de abastecer ningún distrito, es más sencillo enarbolar un discurso netamente opositor. De hecho la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kircnher, también perdió. Cristina desde el senado vertebrará el discurso más opositor que pueda escucharse. A la cámara de diputados volverá el “chivo” Rossi, conocido por haber ganado casi todas las votaciones como presidente del bloque del FPV y pronunciará la misma línea discursiva. En el eventual caso de que Cambiemos se deteriore en la opinión pública, la alternativa electoral de un justicialismo que no aplique la ley de medios, parece desplomarse.

Guillermo Moreno, ya propuso la “fórmula ganadora: Cristina-Pichetto, Pichetto-Cristina. Con eso abarcamos todo”. Un exagerado. Falta mucho. Y en algo tiene razón, el justicialismo kirchnerista sin el justicialismo no kirchnerista, no puede ser opción seria de cara a 2019. Y viceversa.

Insistimos, también hay un tercer justicialismo. El de los gobernadores más experimentados que dialoga con ambas partes. Es posible que ellos tengan la llave que abra la puerta de una unidad competitiva.

* Abogado especializado en Derecho Político e Historia Constitucional / [email protected]