Familiares de los aspirantes a policías torturados en la Escuela de Policía riojana aseguraron que cadetes de segundo y tercer año del establecimiento participaron en forma activa de los tormentos, por lo que pidieron a la Justicia la detención de seis de ellos.

El abogado de la familia de Emanuel Garay, el joven fallecido tras el entrenamiento extremo al que fue sometido en la Escuela de Policía de La Rioja, amplió la denuncia penal en la Fiscalía contra seis cadetes, de segundo y tercer año, y pidió que sean detenidos.

«A medida que surgen elementos en la investigación se va a ampliar la denuncia en contra de quien sea. Y hay que diferenciar entre quienes tienen responsabilidad penal y responsabilidad civil», señaló el abogado Nicolás Azcurra.

El listado de los seis cadetes que según denuncia el letrado, tuvieron activa participación en la ejecución de ejercicios físicos torturantes, y por los cuales se pide inmediata detención es Oscar Quinteros, Cristian Brizuela, Facundo Carrión Agüero, Aynara Balinsky, Zulema Díaz y Romina Oviedo, según publicó el portal local El Independiente.

Se conocieron las identidades de los ocho detenidos por las torturas a cadetes en la provincia. Se trata del comisario mayor Nicolás Gordillo; comisario mayor Ramón Leguiza; comisario Jorge Marcelo Leguiza; Adriana Rodríguez; oficial inspector Nadia Bravo; oficial subinspector Elio Marcial; oficial subinspector Ivana Luna y oficial ayudante Marco Miranday, según publicó El Independiente.

En la misma línea que la defensa de la familia de Garay se manifestó Graciela Chumbita, madre de una cadeta internada, respecto al comportamiento de cadetes de segundo y tercer año de la escuela. “Ella me dice que cuando no se vestían bien le pegaba con un palo de escoba en los tobillos. Eran las cadetes de tercer año quienes le pegaban», afirmó.

La mujer mencionó que su hija «tenía un promedio de 9,98» y que su sueño era ser policía. «Doy gracias a Dios que esté con vida. Hace ocho días que estoy en el hospital», dijo. Relató que su hija vino con una compañera para hacerse ver de los golpes que tenía y que cuando llegó a la guardia del hospital «perdió el conocimiento».

«Hubo otras internadas pero la más delicada es Jaqueline. Muchas tienen miedo de hablar, pero yo no tengo miedo y la voy a defender, soy su madre», agregó.