El Gobierno terminará de negociar esta tarde con las empresas petroleras para autorizar la suba del 8% en el precios de los combustibles líquidos a cambio de que acepten la convergencia del barril de crudo con el valor internacional.

El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, se reunió en la mañana de este miércoles con los petroleros pero tras no alcanzar un acuerdo, habrá otro encuentro a las 17:00 para intentar acercar posiciones.

El aumento de las naftas y el gasoil en las estaciones de servicio ya recibió luz verde del Gobierno, pero ahora está siendo utilizado para presionar a las petroleras y conseguir una baja en el precio del barril criollo de petróleo.

Ese barril tiene un precio promedio de unos 60 dólares y el Gobierno pretende que descienda al mismo nivel que el barril de «light sweet crude» (WTI), que este miércoles ganaba 32 centavos y alcanzaba los 51,14 dólares en los contratos para entrega en febrero en el New York Mercantile Exchange.

El Gobierno, las provincias que integran la Ofephi, las empresas y los gremios venían conversando un cronograma para que el barril de crudo local empiece a converger con el precio internacional, pero ahora parece estar todo trabado.

Esa diferencia que ronda los 9 dólares a favor del petróleo argentino había sido acordada en su momento por el kirchnerismo para garantizar ingresos a las compañías y que no despidieran trabajadores, pero ahora la administración Cambiemos quiere «normalizar» el mercado.