El presupuesto de la Armada, cuyas partidas asigna el Gobierno y vota el Congreso, no contempla la inversión en su infraestructura naval como algo prioritario.

Según las partidas asignadas por el Gobierno para 2018, la mayor parte de los recursos destinados a esta fuerza corresponden a gastos de personal (87%). Un modesto 4,5% se dirige a gastos de mantenimiento, reparación y bienes de uso.

Cabe señalar que el presupuesto para la Armada se incrementará el próximo año un 40 % respecto de 2017: de 14.989 millones de pesos pasará a un total de 21.104 millones. Gran parte de ese aumento se explica por el gasto de personal, que subirá un 50 % interanualmente (de 12.319 millones ascenderá a casi 18.500 millones de pesos en 2018).

Por su parte, las partidas destinadas a mantenimiento, reparación y bienes de uso disminuyen.

Para esos rubros se asignarán 968 millones de pesos en 2018, lo que representa el 4,5% del total de la partida destinada a la Armada. Este año, en cambio, fue de 1.180 millones, el 7,87 por ciento del total.

En tanto, según datos del Ministerio de Hacienda, la Armada sólo lleva ejecutado hasta ahora el 76 por ciento de su asignación presupuestaria este año.

Uno de los programas más importantes de la fuerza destinado al control del mar, que comprende la vigilancia y el control sobre los espacios fluviales y marítimos (tarea que realizaba el submarino ARA San Juan antes de desaparecer, el miércoles pasado) tiene un presupuesto más que exiguo en comparación con el presupuesto total.

En efecto, el programa «Sostenimiento Operacional» tendrá, el año próximo, una asignación de casi 42 millones de pesos, el 0,20%, segun informó Laura Serra en La Nación.

Actualmente, esa partida es de 40 millones y, en 11 meses del ejercicio fiscal, sólo se ejecutó el 42,6%.

Últimas reparaciones

En 2008, bajo la gestión de Nilda Garré, se impulsó la reparación del San Juan, realizando una tarea de «media vida», un mantenimiento mayor en el que se abre el submarino por la mitad y se revisan todos los circuitos e instalaciones.

Esa obra, que no se realizaba en el país hacía 20 años, fue culminada bajo la gestión en Defensa de Agustín Rossi, quien entregó en condiciones el navío a quien fuera el jefe de comando de alistamiento de la Armada (actual jefe), Almirante Srur.

El arreglo incluyó el reemplazo de cuatro motores diésel MTU y el mantenimiento integral de los motores eléctricos, que fueron desarmados y calibrados, según se informó. También hubo una reparación integral de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino, así como las válvulas y otros mecanismos.

Respecto a esta inversión y el estado del equipamiento, fuentes de la anterior gestión del Ministerio de Defensa, dijeron a Conclusión que «este submarino había tenido la tarea más alta y eficiente de mantenimiento. Era un submarino orgullo de la Armada, que lo recibió definitivamente en el año 2015 y anduvo por todos lados.»

Sumado a esto, 40 días atrás se le hicieron tareas de mantenimiento al submarino y «no presentaba averías.»

Algunos familiares de los tripulantes de la embarcación a los que visitó el presidente Macri, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, le habían cuestionado: «es prácticamente un suicidio mandarlos en algo que es viejísimo».