La crisis cambiaria desatada desde fines de abril parece haber sido contenida, afirmaron los economistas Jorge Vasconcelos, Guadalupe González y Mariano Devita del instituto Ieral de la Fundación Mediterránea.

«Se usaron los instrumentos clásicos en estas circunstancias, la intervención decidida del Banco Central en la punta vendedora del mercado de cambios, una mayor coordinación de la gestión oficial, que facilitó cierta recuperación de confianza en el peso», indicaron.

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Estas acciones dieron «lugar a la exitosa licitación de Lebacs y la colocación de un bono en moneda local a tasa fija por un monto cercano al equivalente a US$ 4 mil millones», según los especialistas.

«También hay que incluir la decisión del Gobierno de solicitar la asistencia financiera del FMI, lo que puede implicar que la Argentina no recurra a la emisión de bonos soberanos por los próximos 18 meses», señalaron en el informe.

En el nuevo contexto internacional, «para la Argentina se hace imprescindible trabajar sobre el abultado déficit externo y el eje de esa corrección pasa por una política fiscal más estricta», dijeron.

Además resaltaron que «en 2017, el gasto público medido en dólares alcanzó un pico cercano al record (2015), lo que derivó en un incremento del déficit de la balanza comercial de bienes y servicios reales, de USD 5,2 a USD 16,6 mil millones de 2016 a 2017».

«Con las medidas en marcha y un tipo de cambio más elevado, como el actual, el gasto público medido en dólares puede mostrar en 2018 una baja significativa, hasta un nivel más cercano a los ratios de 2011-2012», explicaron los analistas.

También expresaron que «dado que esta crisis parece haber quedado encapsulada en el plano cambiario, es factible que el nivel de actividad comience a recuperarse luego del previsible freno del segundo y tercer trimestre».

«La liquidez del sistema bancario es muy elevada y eso plantea la posibilidad de una normalización de la oferta crediticia», consignaron.

Asimismo evaluaron que «las medidas fiscales y de acceso al financiamiento (FMI) pueden permitir una caída adicional del riesgo país, lo cual es clave para la continuidad de la inversión privada».

A su vez, aventuraron que «la política monetaria puede entrar en una nueva etapa, de sintonía fina, por los menores requerimientos del frente fiscal».